Me duele

No comparto banderas ni rezos porque no creo ni en símbolos, ni dioses, pero hoy me duele, me duele dentro, me duelen las personas. Anoche, recuerdos del sufrimiento de Madrid no paraban de agolparse en mi cabeza. Angustia hasta que mi amigo americano residente en Paris llego a casa, suspiro de alivio y vuelta al dolor. Y me duele por los que mueren, por sus familias, por mis amigos los franceses. Me duele el miedo de los que allí estaban. Me duelen los que escapan de esa misma barbarie, pero en lugar de abrir nuestros brazos les subimos las vallas.

Me duele la rabia que siento. Rabia por aquellos que juegan con el mundo como si de un tablero de ajedrez se tratase y aquí los peones muriendo, peones de todos los colores.

Nos dieron un mundo en el que cabíamos todos, pero algunos matan por obtener muchísimo más espacio del que necesitan. Con lo fácil que sería y lo difícil que lo hacen. 

Y nos quieren meter el miedo en el cuerpo, pero no lo van a conseguir, porque la razón gana, por muy fuerte que el puño apriete. Porque somos más los que simplemente queremos reír a carcajadas, al lado de los que queremos. Porque no me valen vuestras armas, no me valen vuestros bandos, ni vuestras balas. A mí me valen las personas, las que quieren, las que aman, las que respetan. No me interesáis los que nos queréis dividir, no me interesáis los que pretendéis que tenga miedo o que sea menos libre o que otros sean menos libres. Voy a bailar hasta que se me rompan los pies, a reír todo lo que pueda, a querer mucho y a mirar al mundo a la cara, por todos aquellos que hoy no pueden. Por todos aquellos a los que en cualquier parte del mundo, les habéis arrancado la vida. Si necesitáis recurrir a la fuerza para imponer vuestras razones es que vuestras razones no son fuertes. Y vosotros, vosotros sois unos COBARDES.