nueva novela ángel aguado

“En el amor y en el boxeo los rivales, los amantes siempre acaban abrazados”

nueva novela ángel aguado

Escribir en tiempos de crisis, por qué. “Quizás por autodefensa, por ahuyentar los demonios personales, como terapia” manifiesta Ángel Aguado, periodista y ciclista veterano que acaba de publicar su primera novela La segunda vida de Carmelita Flórez, una novela de amor y boxeo editada por Oportet. Una historia optimista, que tributa un homenaje a México, país de acogida al exilio republicano español y en la que sus personajes, una juez y un púgil entablan una batalla de seducción entre las cuerdas de un cuadrilátero. Por Gabriel Araceli.

La segunda vida de Carmelita Flórez

Oportet Editores

Presentación Miércoles 22 de abril a la 19:30 en la Biblioteca Central (C/ Mártires, Boadilla del Monte)

aguado.angel@wanadoo.fr



Pregunta. –Usted, un fotógrafo de prensa durante la post-transición metido a escritor, ¿y eso?

Respuesta. –Bueno, siempre he contado historias con las fotos, ahora es el momento de escribirlas, aunque es más difícil, para escribir una imagen necesito milpalabras, conjugarlas, darles contenido, en fin, más trabajo. Antes era sólo un ¡clic!, ahora necesito un día entero para unas frases y no sabes si tienen sentido.

 
P. –Para quién escribe usted.

Respuesta: –Escribes y es como lanzar un mensaje en una botella. No sabes quién recogerá tus palabras, si llegarán al puerto del lector o quedarán varadas en algún muelle abandonado, inmaculadas las páginas del libro entre basuras y gasoil. No sé quién es mi lector, posiblemente mujeres, son las que leen más en este país. 


P. –Los escritores tienen fama de farsantes, ¿usted lo es?

R. –Cuando te metes en una novela vives en otro mundo paralelo durante su escritura. Construyes otra identidad, un paraíso o un infierno por donde circulan tus criaturitas, tus hijos literarios a los que manipulas como marionetas, a los que conformas según tus gustos y tus caprichos. A veces eres un tirano que se inventa unas vidas ajenas que se confunden con la realidad y son sin embargo ficticias, corres el riesgo de la esquizofrenia, de vivir en la fábula, hay que tener cuidado, sí. No perder el norte.

P. –Por qué una historia de boxeo.

R. –El boxeo ha tenido muy mala prensa durante unos años, era como el patito feo que se llevaba todos los palos, como si fuera un demonio al que hay que exorcizar. Y asistes a un combate de boxeo y cuando acaba todos se quieren, se felicitan, se abrazan, se besan como pidiéndose perdón, nunca he visto eso en ningún otro deporte. Cuando yo era niño el boxeo era muy popular, los combates en televisión tenían audiencias millonarios. Cenábamos toda la familia viendo en la tele a Pepe Legrá, a Pedro Carrasco. Mi personaje, Sugar Zacarías, campeón de España de los wélters es un seductor, un amante de la haute cuisine, le prepara las cenas a Carmelita, para conquistarla, ¿sabe?

P. –Y una protagonista que es juez, parece incompatible.

R. –No crea, la justicia es la gran perdedora de las instituciones. Está abandonada por el Estado, la justicia no da votos, los políticos no saben qué hacer con ella, sólo les crea problemas, el ciudadano la teme. Mi juez, Carmelita en la novela tiene que redactar una sentencia que afecta a una mujer, que es la que sufre la violencia de género de nuestra sociedad y no sabe qué hacer. Y aparece un boxeador en su vida, en la novela, ya digo que la realidad y la ficción se confunden. Y Carmelita lucha por hacer justicia y al final se enreda en las garras del amor, o en sus brazos deliciosos, ja, ja.

P. –México, por qué México.

R. –Lo de México es un homenaje a un país que fue de acogida a todo el exilio republicano expulsado de España tras la Guerra Civil. Allí recibieron a una gran parte del pensamiento, de la ciencia y del arte que teníamos entonces, la madrastra patria los echó y perdimos la flor y nata. Sólo quedó el abandono, la ausencia, el silencio de los que se fueron. Hay que recuperar la memoria de aquellos olvidados durante tantas décadas por la historia y la hipocresía triunfalista. México hizo mucho por los españoles republicanos, creo que se merece un reconocimiento.

P. –Y por qué una editorial pequeña como Oportet, desconocida.

R.­–Se trata de cocinar un buen guiso, llenarlo de aromas y de sustancia, Oportet es una editorial pequeña pero que hace las cosas bien. Creo que tienen un buen fogón y han hecho un producto delicado con mi novela, lo han llenado de belleza, para saborearla en las sobremesas de la primavera que se anuncia, sentados en el sillón orejero.

P. –Convenza al lector para que lea su novela

R. –La de Carmelita y Zacarías es una historia tierna y divertida, el lector se va a reír, porque el amor es en el fondo un combate, porque el boxeo y el amor, el follar que dice Javier Krahe, son los únicos deportes o contiendas en los que los combatientes, los humanos, después de la pelea terminan abrazados.