A de Angustia

A de Angustia – La Columna Vertebral

Se atribuye al filosofo Zubiri, la frase: “el método es el camino”. Pues bien, para intentar saber algo de cualquier cosa; en mi opinión, es necesario definirlo, y por consiguiente, ese debe ser el camino, o en otra palabra, el método, para descubrir lo que se supone que buscamos. Porque digo se supone. Me explico, según nos narran en la historia, Cristóbal Colón quería descubrir Las Indias, y sin embargo, según sabemos, gracias a los reyes Católicos, descubrió el continente Americano. Si, había indios, indígenas, pero estos, no tenían nada que ver con un país, llamado La India, en el continente Asiático. Pero no voy a hablar de geografía sino de lo que denominamos angustia, que en el lenguaje habitual también se llama ansiedad, y así lo avalan los ingleses con la misma palabra anxiety.

Veamos según Zubiri y su camino que significa, pues, angustia.

Para la psicología, conjunto de conocimientos básicos para la carrera y profesión de la medicina, como también lo son la anatomía y la fisiología, disciplinas que nos harán comprender y saber sobre la psicopatología, la anatomía patológica y la fisiopatología, la angustia se define como conjunto de sentimientos y fenómenos afectivos caracterizados por una sensación interna de opresión y temor, real o imaginario, de padecer una gran desgracia o sufrimiento, ante los cuales el individuo se siente, a la par, sin recursos y totalmente incapaz de defenderse.

Los síntomas que nos han comunicado los paciente, en la consulta, ante un episodio de angustia, como ellos lo han llamado, son sudoración, palpitaciones, mareo y más de un síntoma gastrointestinal.

Por otra parte, la palabra ansiedad, se define como estado emocional de tensión nerviosa, miedo intenso, mal diferenciado y, a menudo, crónico. A su vez, los síntomas que pueden señalar los pacientes, se corresponden con algunos o todos los que refiero seguidamente: temblor, inquietud, hiperventilación, sudoración, palpitaciones, etc. Los llamados síntomas cognitivos aparecen en forma de inquietud psíquica, hipervigilancia, perdida de concentración, distorsiones cognitivas, etc.

Hay que señalar que se distingue la ansiedad rasgo de la de estado, o sea, la ansiedad situacional, especifica como característica permanente de la personalidad del sujeto y la ansiedad generalizada, sin un factor precipitante concreto debida a una alteración temporal.

Entre los trastornos de ansiedad destacan las fobias, los trastornos de pánico, el de ansiedad generalizada y el trastorno obsesivo-compulsivo. Se asocia con frecuencia a trastornos de estado anímico, a otros trastornos de ansiedad (trastorno por angustia, fobia social, etc) a dependencia o a abuso de sustancias.

Después de definir angustia y ansiedad, palabras que en inglés, se traducen como anxiety, podemos decir que angustia es “temor a lo desconocido”, y por tanto, se diferencia del miedo, porque éste es temor a algo conocido. Se suele, por otra parte, diferenciar la angustia de la ansiedad, en que la angustia parece temer algo por llegar, mientras la ansiedad teme algo actual y trata de evadirse a un futuro más o menos próximo. Mientras que el angustiado espera temeroso toda una serie de  desgracias, lo que le mantiene en una especie de inmovilismo, el ansioso actúa incansablemente, con la idea de alcanzar antes o después un equilibrio satisfactorio.

El ansioso hace todo muy deprisa, comer, enviar whats app, sms, emails, llegar a casa, acabar los estudios, hacer el acto sexual, ir al sitio de vacaciones sin prácticamente hacer un descanso, etc.

Pero, todo hay que decirlo, estas distinciones no matizan lo suficiente para distinguir una de otra, es decir, angustia de ansiedad y viceversa.

Por este motivo he puesto el título: A de Angustia, refiriéndome a esta y comprendiendo a ambas.

La angustia puede presentarse como crisis violentas o un estado de ánimo más o menos estable. En la crisis los pacientes viven un peligro inminente. Su corazón se acelera, observan palpitaciones, ahogos, sudores, etc.; y presentan una vivencia de muerte inminente, por lo que buscan ayuda. Cuando este sentimiento angustioso, lleva a una total falta de control de sí mismo, y el paciente huye alocado de un lugar a otro, podemos hablar de pánico. Lo que identifica a la angustia es mas la vivencia de peligro del propio yo, que el estar o no en relación con algo conocido o desconocido.

Las crisis de angustia empiezan bruscamente, aparentemente sin causa justificada. La duración es variable y cuando finalizan el paciente se haya extremadamente cansado por el derroche energético manifiesto en síntomas vegetativo-motrices.

En general los pacientes no dan razón de su angustia, y por este motivo puede que digan, que en realidad no fue nada o que expresen un temor hacia la muerte o la locura.

A veces, la angustia se presenta como un estado de ánimo, es la sensación indefinida del peligro, de que algo puede suceder, y de esta manera pueden describir que presentan opresión precordial (en el pecho); otras, una sensación especial en la cabeza, una tensión estomacal o esofágica, más la primera que la segunda, y otras alteraciones orgánicas. Por esto, hoy sabemos que la angustia no es un síntoma más, sino que es el resultado de cualquier conflicto – recuerde mi artículo en el que mencionaba factores que condicionan nuestra personalidad: motivaciones, miedos, conflictos y frustraciones – que pone en peligro la existencia del yo.

Si escribo o no en el siguiente artículo, más sobre la angustia, les ruego que no se angustien.

Dr. Mario Saura Viejo

Psiquiatría y psicoterapia medica

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