Capital Noroeste nº53

C N 2 OPINIÓN SEPTIEMBRE 2018 Soneto que te meto Chema Bueno E DATO TUIT E NQSB M. Royo @DarioNovoM Info GRAFÍA España, Trending Topic Del Congreso es el primero eso es lo que le mola ha hecho como Tejero pero este sin pistola. Sánchez el socialista ¿demócrata y español? llenó de amigos su lista y nos ha metido un gol regalando privilegios a grupos separatistas y creyendo en sortilegios de cuatro independentistas. Manipulas a los medios, echas a los periodistas, RTVE es un tedio que dictan los ‘podemitas’. Te has vendido al PNV por un puñado de plata y ni con eso se sube tu prestigio de hojalata. ¿Qué ha pasado en la Moncloa y ese espíritu de austero que toda tu gente loa? No eres más que un embustero, Colocas en sus despachos a quinientos enchufados. Partes España en cachos y los tuyos, colocados, Luego te das el capricho de volar en tu avioncito y quedar en entredicho para echarte un bailecito. Mandas a tu juez Marlaska echar a Sánchez Corbí y le pegas el gran zasca sin motivos, porque sí. sin los fondos reservados para investigar, qué cuco, largas al más preparado que tenías en la UCO. Dejas a tu Policía a merced de los violentos que rocían con lejía y les das acogimiento. Deja tranquilos a los muertos. Soluciona Cataluña. Los ‘Aquarius’ y los puertos. No metas más la pezuña. Ya lo digo yo Con13xto Jorge García G iovanni es un chico de apariencia treintañera y experiencia de vein- tipocos en el arte de la supervicencia callejera. A él debo la luz con que brilla Madrid hoy, apartando las sombras de ayer, a través del filtro de mis pupi- las. Porque él puso Madrid, sin saberlo, en contexto. Y lo hizo a 8.000 kilómetros de distancia, con una serenidad pasmosa. La de quien ha crecido en la dureza de la Comuna 13 de Medellín. 21 barrios separados por fron- teras de cemento. Incursiones juveniles con objetivos cuasi bé- licos. Herir sin ser herido. Matar sobreviviendo. Cada esquina de su barrio, tatuado metro a metro con spray, es un deje melancólico en su voz, y una lección en nues- tras conciencias. Historias de ba- laceras, cuchilladas y pandillas ayer, y por ayer un lustro; hoy meras rencillas personales. “No os asustéis si escuchamos dispa- ros. Si suenan, serán lejanos”. Cae la noche y se ilumina el va- lle. Ruido, luz y caos. Belleza de- vastadora. Giovanni nos adentra en la sombra de las postales. Se desenvuelve a través de las anár- quicas esquinas de hormigón como ambicionarían los gatos de Lavapiés. Saluda y recibe saludo. Nuestra seguridad es su respeto. Si existe grandeza en viajar, es basar tu integridad en la confian- za en completos desconocidos. Nunca olvidaré Colombia. Volviendo a casa, el chófer nos confirma que no habrá rumba esta noche. Mañana hay refe- réndum y, como medida para fo- mentar participación, Ley Seca. Ni un solo trago a partir de las seis. El colombiano se encuentra fren- te al espejo de la oportunidad de votar siete cuestiones que se cierran en dos: sí o no a la co- rrupción (sic), sí o no a bajar el, a todas luces, desproporcionado salario de sus políticos. Pregunta- mos si votará. “Evidentemente”, responde. “No solo yo, también mi familia. Les llevo a todos.” A la mañana siguiente, en porta- da: participación inferior al 33% y fracaso de la consulta. “Somos el primer país del mundo al que ladrones preguntan si queremos seguir siendo robados o no. Y lo peor es que respondemos: venga, sí, un poquito.” Tampoco olvidaré el tono melodramático del taxista. Sarcasmos edulco- rantes. Instinto de anclaje a la esperanza. Aterriza el 787 en Barajas. Revi- sión de material y reflexión com- parativa. Ninguna gana de leer los informativos españoles. Qué sencillo denunciar diversidad so- ciocultural sin bajar del nivel so- bresaliente. Servicios públicos de precariedad excelente. Inseguri- dad ciudadana caminando solos y desarmados de madrugada. Qué necesario el contexto. Cuán- ta demanda de realidad. La web de Las Rozas permite ya realizar online más de 50 trámi- tes para los que ya no hay que desplazarse al consistorio; las licencias urbanís- ticas y de pres- taciones sociales y tramitación de bodas civiles, entre los más usuales. Pedro Sánchez anuncia una Comisión de la Verdad, aunque la verdad ya la conocemos todos. @ppmadrid El otro día entré a Twitter y en la misma tarde eran Trending Topic Jan Ullrich, Ángel Garó y Franco. Me ale- gré de mi desconexión permanente de la red del pájaro por aquello de que es habitual el acabar creyendo que las preocupaciones de la gente de la calle, de los normales, vaya, son las etiquetas más comentadas en la dichosa aplicación. Y no. En Twitter hay más ruido que ruidosos porque incluso personas de lo más normal manejan varios perfiles con el único objetivo de intentar mane- jar la realidad. Antes de que la mo- ralina fuera un hábito exigible, la parodia y la caricatura era un común del humor de los mortales: señores orondos se dejaban dibujar en las playas con lienzos que exageraban su nariz o sus uñas de los pies. Los esbozos, después, se enmarcaban y formaba parte del rito familiar el sonreir en torno a los defectos pro- pios en cualquier cena. El brindar por ellos. El vivir. Lo único que comparten Ullrich, Franco y Garó es que no tienen ni puta gracia. Y que son obsesiones pasadas para el común de los mor- tales. En una tertulia le comentaban a Gistau que habían sido capaces de estar hora y media sin hablar de Franco. “Yo estuve 35 años sin ha- cerlo, de hecho”, dijo. El Gobierno de Pedro Sánchez, que tiene como máximo exponente a un tipo que fo- tografía manos, sigue pendiente de las redes porque es lo único que le evita el caer al fondo. Es un gobier- no de tuiteros, de caras visibles, de barbishijasputas, de TT diario, de programas que viven de ello, de las noticias de la Huffington, de deci- siones incompletas, de incompleta indecisión. Social. De los de red. Sánchez no ha llegado de rebote a la Moncloa. De hecho es una mayoría la que apoya que la ocupe. Quizá es la parte más preocupante de la ci- berpolítica: la necesidad de salir un solo día a la urna para poner en la presidencia a alguien. De este modo, los compañeros de viaje vascos del socialista han asegurado que, por ellos, el Valle de los Caídos debería ser demolido. Una acción pronun- ciada por Aitor Esteban y apoyada por Otegi a quien, casi, debemos agradecer que no hable de voladu- ras por su cercanía a ellas. El país es un TT continuo aupado por la tendencia política de creer en la red. Y de crearla. Un florecimiento de nostalgia cínica y circense. Aso- marse a las discusiones prefabrica- das supone encontrarse a Otegi o a ‘La señora más franquista de Espa- ña’, el sueño de cualquier rotulista que lleva años tecleando el lugar del vecino que habla. En los años de Jan Ullrich considerábamos friki a los hoy llamados otakus. En los años de Ángel Garó, el friki era él. En los de Franco, no existían los frikis que ya se han encargado de florecer como quien empieza a fumar tarde. La ‘freakpolitik’ será el mejor legado del Gobierno del Trendig Topic.

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