El 10 de noviembre tú decides dónde puede acabar tu voto

El próximo domingo volvemos a las urnas;  al final acabaremos tomándole cariño al hecho de votar o quién sabe, odiando cada nueva oportunidad de ejercer ese derecho que nos “den”.

Nos llevan de la mano la incapacidad manifiesta de Sánchez, la intransigencia de su equipo de “negociadoras” y la obsesión por las carteras ministeriales demostrada por sus “socios prioritarios”.

Y lo que es peor, a día de hoy existen fundadas “sospechas” de que se puede volver a repetir la situación y que la falta de entendimiento y las ambiciones desmedidas de unos y otros nos “obsequien” con una nueva oportunidad de voto la próxima primavera.

No es descubrir nada nuevo que las encuestas, por muy buena voluntad que pongan sus promotores, no son ninguna ciencia exacta y no es un secreto que en los últimos tiempos han protagonizado sonoros desencuentros con la única realidad válida, la del recuento puro y duro de los votos depositados en las urnas.

Con todo y con eso, la mayoría de las encuestas que hemos ido conociendo hasta hoy, con la llamativa excepción de la que el socialista Tezanos realiza con el dinero de todos, pintan un nuevo paisaje de frustración, en el que los ciudadanos españoles somos meros espectadores de una lamentable historia que se puede volver a repetir.

Nos anticipan que, dejando a un lado a los que señalan como claros perdedores, no se va a producir un “ganador” de las elecciones generales.

Que no saldrá de las urnas un ganador con la posibilidad clara y razonable de poder formar un gobierno sin necesidad de recurrir a los apoyos, mediante el voto favorable o la abstención, de separatistas vascos o catalanes que como fin último siguen persiguiendo que la nación española que conocemos, la que en el artículo 2 de la Constitución se define como “patria común e indivisible de todos los españoles”.

Resulta cuando menos inoportuno y especialmente perjudicial para el candidato socialista, que precisamente hoy se haya conocido el contenido de la carta que el condenado Oriol Junqueras le ha dirigido para recordarle, algo obvio para todos, que “es presidente gracias al apoyo explícito de los independentistas”.  

”¡Eso no se le hace a un amigo!”, podría haber pensado al recibirla Pedro Sánchez, tan contemporizador a los ojos de muchos españoles ante la preocupante situación catalana y la inadmisible actitud del máximo representante del Estado en esa comunidad autónoma, Joaquim Torra, cuya permanencia en el cargo no entienden no sólo los tres partidos de centro derecha, sino que también cuestionan destacados miembros del socialismo español.

Los españoles tenemos la posibilidad y al mismo tiempo la responsabilidad de que el próximo domingo se abra una nueva etapa que conduzca, directamente, sin ataduras, sin chantajes, ni compromisos de devolución de favores, a la formación del gobierno que España se merece.

Olvidemos lo que nos “indican” las encuestas, algunas manifiestamente interesadas y decidamos libremente sin el condicionante que intentan transmitirnos y vayamos a los colegios electorales sin “ataduras”.

Lo hemos hecho en otras ocasiones y podemos hacerlo de nuevo; el 10 de noviembre tú decides dónde puede acabar tu voto, en la urna o directamente en el cubo de la basura.