Gratis total o elecciones

Es algo evidente y sobradamente demostrado que las distintas encuestas y sondeos preelectorales suelen arrojar resultados muy dispares y a veces muy alejados de los que finalmente revelan las urnas.

Dispares porque en la mayoría de ellas el toque de “cocina” posterior se hace al gusto del “cliente” y alejados de la realidad final porque en un porcentaje significativo mentimos si se nos pregunta y porque en muchas de ellas el número de encuestados es irrisorio o poco determinante.

Hoy mismo, cuando las negociaciones entre las “chicas” del PSOE y una representación mixta de dirigentes de Unidas Podemos, parecen estar muy deterioradas, conocemos la encuesta publicada en un diario de la capital, realizada con la poco representativa cifra de MIL entrevistas, que otorga 137 escaños al PSOE, lo que significa un incremento de 14 escaños, la mitad de ellos arrebatados a Unidas Podemos, en evidente caída libre y otros tantos a C´S, víctima de la tormenta doméstica que ha hecho saltar del barco a algunos de sus integrantes por el empecinamiento de Rivera en dar la espalda a Sánchez.

Si esos datos fueran fiables, significaría que el PP, a pesar de seguir ¿eternamente? y al contrario de lo que aparentemente sucede con la izquierda, penalizado por los escándalos de corrupción, ganaría 16 escaños, recuperados de los desencantados de C´S y esencialmente de VOX, ya definitivamente desinflados.

Si esos resultados cristalizaran el próximo 10 de noviembre, significaría que los dos partidos de izquierda obtendrían 172 escaños de los 350 que conforman el hemiciclo y sin tener que mendigar el apoyo de los separatistas catalanes, especialmente de ERC, que mantendría los 15, les bastaría el apoyo del PNV, partido nacionalista y conservador que tradicionalmente ha apoyado sin despeinarse a gobiernos de derecha e izquierda.

No sería necesario siquiera el apoyo más testimonial que numérico de los regionalistas de Revilla, defensor de las buenas formas y enemigo público del insulto, por más que algunos lo pudieran considerar justificado.

Ni el de los “batasunos” de Otegi, aquel “hombre de paz” inhabilitado por el Tribunal Supremo hasta febrero de 2021, pero que en la práctica es la voz de los herederos de ETA.

¿Con qué autoridad moral podría Iglesias, con esos nuevos resultados pedir al PSOE algo más que entrar primero en el ascensor del Congreso?.

Ha corrido como la pólvora la noticia de que TVE, esa cadena de todos que cada día ven menos españoles, ha sacado a concurso los decorados para los hipotéticos debates electorales que se avecinan y tanto PP, como C´S y Unidas Podemos se han apresurado a denunciarlo.

Tiene que ser especialmente hiriente y descorazonador que esto sucediera mientras los de Iglesias mantenían, con la delegación femenina del PSOE, un encuentro tan maratoniano como inútil en un nuevo intento contra el reloj para lograr un pacto para la investidura.

Ya antes había quedado meridianamente claro que en ningún caso habría gobierno de coalición, pero a los de Iglesias, la oferta de las 370 medidas, los cargos intermedios y la “hoja de ruta” les parecía poco, máxime después de haber rechazado en julio una vicepresidencia y tres importantes ministerios y seguían aún aferrados al asa de las carteras ministeriales sin intención de soltarlas; es bien sabido que en un tira y afloja entre dos fuerzas tan desiguales, el perdedor está garantizado de antemano.

Da la sensación de que al entorno de Sánchez “le pone” la idea de unas nuevas elecciones en las que a él le auguran ascender unos cuantos peldaños más de poder y a su “socio prioritario”  un nuevo descenso significativo.

Si nada ni nadie lo remedia, sólo quedarán dos opciones, el compromiso firme de Unidas Podemos de apoyar al PSOE toda la legislatura “gratis total” o elecciones.