Sólo hay un culpable

El razonamiento de los Servicios Jurídicos de la Unión Europea “No podemos tratarlos ya como delincuentes si están negociando un gobierno con Sánchez” no deja lugar a dudas y es lo suficientemente explícito como para poder concluir que sólo hay un culpable de la esperpéntica situación política en la que hoy nos encontramos: el “doctor” Pedro Sánchez Pérez-Castejón.

No es mínimamente entendible, ni justificable, que alguien en su sano juicio pueda intentar siquiera que los enemigos declarados del estado español carguen sobre sus hombros con el candidato a la investidura en una confusa ceremonia de llegada al “trono”, en la que mientras el aspirante cree que lo están “coronando” como presidente, quienes lo aúpan sólo pretenden hundirlo en el más estrepitoso de los fracasos, para salir corriendo hacia su imaginaria república.

No sería admisible que por el hecho de “controlar”, como ya ha quedado demostrado en ocasión anterior, a la abogacía del estado, se ejercieran presiones para favorecer a los separatistas huidos y encarcelados.

Diga lo que diga el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, lo que queda claro es que los huidos y condenados se saltaron la legalidad española y han de responder por ello.

No es una buena señal de imparcialidad que la vicepresidenta del gobierno en funciones, Maricarmen Calvo, haya afirmado que «la abogacía del Estado está estudiando detenidamente (el fallo del TJUE) para poder ayudar de la mejor manera al Tribunal Supremo”.

¿Hay un empeño especial en demostrarnos a todos que los distintos poderes  del Estado no son tan independientes como deberían?, ¿realmente necesita el Tribunal Supremo, la “ayuda” de la abogacía del estado que anuncia Maricarmen?.

Al menos, nos cabe la esperanza de que la fiscalía hace su trabajo; ya ha pedido al juez que se mantenga la euroorden contra el huido Carles Puigdemont y se suspenda su inmunidad como europarlamentario español, así como la del condenado y en prisión  Oriol Junqueras, partidario de que las negociaciones que su partido, ERC, lleva a cabo para facilitar la investidura de Sánchez continúen, mientras sin cortarse un pelo y para disfrute de sus “huestes” defiende que “la independencia es irreversible y un nuevo referéndum, inevitable”.

Volviendo al principio, Sánchez ha obrado el “milagro” que perseguían los separatistas y ha “blanqueado» a quienes ahora, como por arte de magia ya no son delincuentes para Europa, pero lo siguen siendo según nuestras leyes y nuestros tribunales.

Los españoles sabemos, lo sabíamos ya, pero ahora nos los confirma Europa, que sólo hay un culpable de que nos encontremos ahora en este punto, por dar aliento, con su “diálogo” interesado a quienes nuestra justicia había puesto en su lugar.

Resulta paradójico que haya pedido a los republicanos separatistas, la investidura como “regalo de Reyes”.

Todos, incluso algunos de los suyos, lo señalan con el dedo y a estas alturas, como timonel del barco que gobierna, ya debería ser consciente de que su deriva nos puede llevar a todos contra las rocas.

Él es el único culpable, por su empeño personal en lograr la investidura a cualquier precio, incumpliendo sus propias palabras y echando la coherencia al contenedor marrón.

Y lo peor de todo es que nada hace pensar en una “rendición”, por más que ante una situación extrema, la decisión más sensata pudiera ser su sacrificio y la salida más honrosa pasar el testigo.