DIARIO DE UN PSICOTERAPEUTA. FICCIÓN: «ABUELA»

Esteban: Mire que ya le he dicho lo que quiero, mi madre muere de cáncer y mi padre trae a vivir a casa a su puta amante. Quiero que hables con mi padre y le des un ultimátum: «o tu hijo o tu querida» pero la convivencia es mala no, lo siguiente. El cuerpo de mi madre está aún caliente y estos sinvergüenzas follando juntos.

Psicoterapeuta: ¿Cuándo murió tu madre?

Esteban: Hace siete años. Pero para mí es como si fuese ayer. No me diga trucos para que no me dé ansiedad o pánico, hable con mi padre y convénzale de que es un idiota. Pero ¿qué le dará esa estúpida? Es mala, mala…me mira con soberbia y como por encima del hombro. Maldita madrastra. Maldita, maldita…

Psicoterapeuta: ¿Y tu padre qué te dice sobre esto?

Esteban: Pues de buscar un punto de encuentro. Que me quiere a mí y a ella, pero a mí me toca un pie lo intemedio. Que se vaya de mi casa, que no follen aquí, no quiero verla, no quiero verla…ve ya tengo ansiedad. ¿Quiere ayudarme? Con estupideces de psicoterapia no, llame a mi padre ahora mismo y dígale que la solución es que se vaya su querida de mi casa. Así todos contentos.

Psicoterapeuta: ¿eres hijo único?

Esteban: Sí. ¿Por qué me dice eso? ¿Cree que estoy consentido?

Henri Matisse,
Lectora apoyando el codo sobre la mesa, 1923-1924.
Oleo sobre lienzo, 60 x 49 cm.

Abuela: (llama a la puerta) Doctor, mire mi nieto no está consentido, lo estamos pasando muy mal y esta mujer es pero que Cruela de Vil, dice comentarios hirientes y a nosotros no nos quiere, solo quiere el poco dinero que tiene mi hijo, mi único hijo. si usted pudiese hablar con él y abrirle los ojos, es que no tiene abiertos los ojos, está obcecado por ella. Ha cambiado mucho desde que está con ella. Y su pobre mujer murió, y él le era infiel. ¿Le parece que eso está bonito? Los ojos de Dios todo lo ven y todo lo escuchan.

Psicoterapeuta: También los suyos, le pedí que esperase fuera. Y ha escuchado la conversación, ha quitado el hilo musical de la sala de espera.

Abuela: Por el bien de mi hijo y de mi nieto haré lo que sea. Necesito alguien que me ayude a que mi hijo abra los ojos. Yo me puedo hacer cargo de los gastos que sean necesarios.

Sergio García Soriano es psicólogo en Madrid y El Escorial.