Real Club de Golf La Herrería

De cursos y de verano. Día 2: Golf social

@DarioNovoM

En medio de una Feria de Abril de Sevilla, jugando una noche en un bingo en el que daban marisco gratuito de ese que suele ir envasado en los kits de supervivencia de soldados rusos, surgió la idea de ir a jugar al golf.

El Club Zaudín es un sitio en el que la gente guapa se luce en los hoyos y nosotros por entonces éramos muy de chándal. Bonitos, eso sí. Mi experiencia con el golf me recordó a aquello que decía Barry de que lo peor de ese deporte era, sin duda, tener que golpear la bola. Como Cándida, salí del Zaudín con éxito negativo de intentos en el campo de tiro donde las carcajadas son sustituidas por miradas, como cuando uno sale de la iglesia y le llenan de arroz, una empatía de la que dota la superioridad del divorciado.

Estos días, la Facultad de Periodismo de la Complutense ha abandonado su edificio que está más colorido y por tanto, da más miedo que cuando sus pasillos rodaron Tesis para recalar en el Club de Golf de la Herrería, un Zaudín de Madrid, que suele incomodar más a los conductores en dirección Ávila que a los ecologistas.

-El golf es un deporte social que permite interactuar y de eso venimos a hablar.

Me dice el profesor Fernando Peinado con el Monasterio de fondo y unos señores detrás que socializan con cervezas de 16.00 de la tarde y a gritos, que es la forma que tenemos de socializar en España.

Hace un par de años, pude tomar un caldo en la misma sala en la que ahora imparten las conferencias con Carlos Chaguaceda, por entonces Director General de Turismo de la Comunidad de Madrid y ahora Director de Comunicación del Prado. Hacía un día de perros. El motivo de nuestra breve estancia fue la llegada de un Gran Hermano Chino que traía a tropecientos concursantes a hacer el ridículo jugando al golf.

Los chinos reían y se mojaban mientras nosotros les observábamos a través de los cristales en un espectáculo como de zoológico humano que no es otra cosa que en lo que suelen convertirse los Big Brothers o todo lo que caiga en manos de Telecinco, ya sea el nuestro o el chino.

Me concluye el profesor Peinado diciendo que «el golf no es un deporte de ricos» y es algo en lo que lleva tiempo trabajando también el propio Club de la Herrería como El Zaudín y como muchos otros campos. Y uno no le quita la razón pero no puede parar de pensar que si a los concursantes del Gran Hermano 1 de España no les llega ni para pagar a Hacienda, ¿qué habrá sido de esos sociales chinos?