De cursos y de verano. Día 3: Ni tan buenos como se creen, ni tan malos como les pintan

@DarioNovoM

Podemos causa cierta incomodidad en los Cursos de Verano. Lleva siendo un partido atípico muchos años ya y es vox populi que sus principales ponentes son sustituidos por otros de escala B sin aviso previo. También que ni aparezcan. En verdad es algo que le sucede a los cuatro partidos pero los otros tres desvinculan muy bien el núcleo irradiador de las organizaciones aliadas laterales.

Una organización aliada lateral de Podemos es Izquierda Unida que, para los lectores jovenzuelos, fue un partido político con cierta tendencia a la ingenuidad pero con unos valores que ya quisieran los cuatro de ahora. Alberto Garzón no solo no llega tarde sino que suele llegar pronto. Es un tipo íntegro, con tics de neopolítico, sí, pero compensados con cercanía hasta para decir no. Hace años, se me enfadaron algunos lectores por un artículo que publiqué en Le Miau Noir diciendo que no era, como Arbeloa, ni cono-cido.

Me han dicho mis compañeros que Alberto estuvo esta mañana un buen rato en la cafetería esperando a su jefe de prensa para el canutazo. Con esos wasaps, entendí mi propio artículo.

A esa misma hora, Ramón Espinar llegaba tarde a una rueda de prensa por una querella penal contra la alcaldesa de Guadarrama. La querella está impuesta por Sí se puede Guadarrama, unos nostálgicos del buen funcionamiento de lo municipal como la propia primer edil. Es una competición de medir quién dispara más lejos cuando se escupe el hueso de la aceituna: los cojones de Carmen Mari contra las denuncias de Esperanza Gallut y Raúl Rodríguez, un tipo tan curioso como políticamente interesante.

Rodríguez, de hecho, es de esos pocos cargos que cuando ha perdido una batalla dialéctica por exceso de diarrea verbal, lo ha reconocido. Este hecho, comparado por ejemplo con otros casos prácticos como el gobierno municipal de mi propio San Lorenzo que ha cogido más vicios de los antiguos que una garrota hasta superarlos, incluso, con perfiles trolls que atacan en redes cuando no gusta una opinión o, incluso, un trabajo, me hacen ubicarle en una completa sinceridad que colinda, no obstante, con el sincericidio.

Total, que llegó Espinar a deshora. Incluso para esto hay gracia y Ramón, aun teniéndola, no llega a la de Monedero que dijo una vez que llegaba tarde que era porque no funcionaba el helicóptero que le había regalado Chávez. Ahí el senador mostró la que para mí es su mejor función política: la capacidad de análisis del entorno, como un dron, de manera inmediata. Es un jugador de frontón de la realidad. Lo de después, lo arreglarán otros.

Nos dijo que en las guerras internas del PP en último caso «sólo queda comer palomitas». De los pactos con IU, que lo bien que vayan solo puede romperlo el contárselo a un periodista y, por tanto, «bien, gracias». Pero no tuvo problema en decirle a su jefe de prensa y a los concejales locales cuando los plumillas preguntaban por otras cuestiones que «dejasen a los compañeros hacer su trabajo».

Ida y vuelta

A las 18.05 volví a encontrarme con Ramón. Andaba ya en mi pueblo y tenía que entrevistarle para este periódico. Dejé unos minutos a que acabase de hablar con sus contertulios y, como no acababa, le abordé.

-Ramón, hablé con Ángel antes para hacerte ahora 6 o 7 preguntas.
-¿Qué tal, Darío? Yo también hablé con él. Eran 4.
-Dijimos veinte minutos…
-¿Lo dejamos en 5 preguntas?
-¡Si llego a saber que hacemos media te digo que 20!

Una mesa de terraza y un patio de la María Cristina. Espinar no pone problema a que, a cada pregunta, saque un par de ellas. Cómodo, mira a los ojos. Debe ser un tipo cansado de que le pregunten por las blacks algo que, a cada persona que le he comentado que le iba a entrevistar, me ha dicho. No lo hago, lógicamente, por respeto a los lectores, primero. Segundo, por respeto a la profesión que de estas cosas, ya se encarga Inda. Y tercero porque todos los ‘compañeros’ que me lo sugieren, temblarían como un flan solo con ver a un político delante.

De las preguntas que le hago de la sierra de Madrid no tiene ni idea en la concreción. La verborrea rellena, pero no salva. Pregunto por la postura de Podemos sobre la M-600, desdoblamiento o no. Haremos cosas para la sierra. Del trasvase de pacientes del Hospital El Escorial a Villalba. El PP hace cosas mal. De la Enredadera y Ciudadanos. Que son un desastre.

Ramón me dice que está cansado, que imagina que yo también, que hemos ido encontrándonos tras estas cosas en las que tenemos que coincidir. Que encima, al llegar a casa, cuando llegue, tiene que sacar a su perra. Me despido de él. Me lanza la mano para chocarla y no pillo el gesto. Devuelvo y chocamos en diagonal. Si no es porque vestíamos igual que esta mañana pensaría que éramos personas distintas. Igual no somos tan buenos como nos creemos ni tan malos como nos pintan. Sobre todo si los que pintan son los que nos dicen de hablar de las black y lo que nos creemos es ser adalides de 30 palmeros con cartulinas moradas.