Entre todos la mataron…

Entre todos la mataron y ella sola se murió. Hija de manchegos, el refranero español ha formado siempre parte de mi vida y este último que acabo de escribir se repite continuamente en mi cabeza desde los últimos días. Pues no hay ninguno que represente mejor la situación de esos seres humanos que llegan desesperados al territorio europeo.

En mi mente sigue clavada la imagen del niño varado en la arena, pero también la de aquella niña que hace ya algún tiempo se rindió ante una cámara; porque una no es más que el producto de otra.

Los de siempre siguen jugando a la guerra, usando distintos tableros, que eligen con el azar de sus dados. El mismo azar que decide donde naces y porqué mueres.

Quise dejar pasar el tiempo y escribir sobre este tema en el momento en el que pudiera pensar en frío. No he podido, supongo que si pudiera hacerlo significaría que tengo el corazón de la misma temperatura y no es el caso. Soy un animal de mente fría y sangre caliente a la que en los últimos tiempos la desesperanza, la tristeza y sobre todas las cosas la rabia la han golpeado.

A mi entender se me escapa cómo resolver el conflicto de Siria y todos los países de alrededor. Pero de lo que sí que entiendo algo más es der ser humana, llevo siéndolo 22 años, aunque sienta vergüenza de aquellos que aseguran ser de mi misma especie. Qué otra cosa, aparte de vergüenza y asco se puede sentir por aquellos que ante la desesperanza de los otros, construyen muros, ponen vallas y hablan de tener precaución ante la posible llegada entre los refugiados de terroristas. No encuentro otra explicación para estas palabras que la desconexión entre la lengua y el cerebro de quien las dijo.

Otra vez intentando, hablar de “los otros” como si ellos no fueran los mismos que nosotros, como si llevar velo o llamar a su Dios de otra manera de verdad significara alguna diferencia.

No hay más escusas para dejarles morir. En el Mediterráneo no cabe un muerto más, ni hay sitio donde esconder vuestras vergüenzas y eludir vuestras responsabilidades. Señores de Europa, en ese “entre todos la mataron”, pueden sentirse incluidos.


Fuente de la imagen: http://www.abc.es/internacional/20150830/abci-hungria-valla-inmigrantes-201508301047.html