Pseudo terapia de grupo

Todo el mundo sabe de psicología…, y es cierto, porque a su manera entiende lo que pasa a su alrededor, otra cosa es que pueda demostrarlo. No obstante, no es necesario estudiar una carrera universitaria para comprender, o quizás sea mejor que diga (por escrito) intentar entender lo que hace uno, individualmente, y los demás, a parte de alcanzar conocimientos sobre lo que se piensa y/o se siente, y anoto y/o porque en ocasiones, muchas para algunos, pocas para otros se superponen y alteran nuestro comportamiento. Podría decirse que tal contradicción entre lo que se piensa origina tal conflicto, que resulta difícil, para algunos imposible, de atajar o darle una solución limpia, transparente.

Nuestros actos son prueba palpable, de que algo no ha sucedido como pensamos o sentíamos, o de otra manera, aquello que pensamos o sentimos se descubre tras un comportamiento, que confirma nuestro error o nuestra evidencia.

La vida nos informa de que existen, de forma simplista, dos tipos de psicología, la barata, que aprende cualquier persona con cociente no muy alto de inteligencia, cuya información es captada por nuestros órganos sensoriales : vista, oido, tacto, gusto y olfato; y la otra, la cara, la que se estudia en las universidades; cara, porque hay que estudiarla, aprobarla y pagarla. Está segunda psicología, la reconocida, contiene cantidad de protagonistas, muchos de ellos queriendo dar un apellido al tratamiento que quieren asignar, aunque de manera sencilla, todo es tan fácil como obtener conocimiento real, no imaginario de lo que se piensa, lo que se siente y lo que se hace o no, es decir, tan obvio, que el mismo llamado perogrullo. Pues bien, este número no determinado -porque no se desea determinar-  de escuelas de psicoterapia, intentan dar o proponer un tratamiento (que es lo que quiere decir terapia, que no curar, que no lo dicen) por medio psicológico, es decir a través del lenguaje hablado, escrito, de gestos, de postura, test y cuestionarios, así como escalas, cociente intelectual, etc, lo que en muchas ocasiones,  en lugar de pensar que todo podría ser sencillo, se complica, y lo hace, porque el ser humano es o se hace muy complicado. 

Lo alteramos todo, e introducimos palabras que no dicen nada, poco o tergiversan lo que, en principio quería decirse.

A lo largo del tiempo se han utilizado vocablos para designar a ciertos profesionales, como picapleitos a los abogados, matasanos a los médicos y comecocos a los psicólogos, pero en realidad, como todos potencialmente somos, sin haber estudiado psicología como carrera universitaria, psicólogos; todos, sin excepción, somos comecocos, para nosotros mismos -con amigos como nosotros mismos no necesitamos enemigos- como para el resto de personas con las que nos relacionamos.

Piensen, por un instante, esto no mucho tiempo, como han deseado influir, en convencer al hijo/a, pareja, amigo/a, conocido/a (que bien me ha quedado lo inclusivo. Otra de las muchas estupideces que hemos creado) y el votante, este último un desconocido sin nombre ni apellido, pero con papel de censo en la política, que existe desde que tenemos, como se decía, uso de razón.

La psicología como palabra dice algo que no se entiende, aunque quiera entenderse. Por un lado psico, que se traduce como mente o alma, y sin embargo, todos sabemos que uno y otro no significan lo mismo, aunque lo digamos en inglés mind and soul; y por otro lado, logia, que se traduce por ciencia tratado y otras cosas por extensión.

Y de esta misma guisa provienen palabras como anorexia, que traducido es : sin apetito, cuando todos sabemos que a quienes lo padecen lo tengan, aunque otra cosa es que no quieran comer.

La psicoterapia admite, aún más desde la pandemia del covid que uno no tiene que acudir a un despacho, clínica u hospital, porque puede realizarlo por teléfono, email, y como todos sabemos expresamos nuestras opiniones, que como apuntó Clint Eastwood, actor norteamericano : “Las opiniones son como los culos, todos tenemos una.” 

El título que hoy he escogido es, como saben, porque se supone que lo han leído “Pseudo terapia de grupo”. Pseudo que significa falso y terapia, ya saben, lo que conlleva a un falso tratamiento, fuera de lo que entienden en las consiguientes escuelas de psicoterapia.

El grupo tendría que ser mínimo cuatro y como mucho seis personas, y las condiciones; edad, diagnostico, lo cierto es que terapia o pseudo todos, deberíamos hacerlo, y de hecho esta última se efectúa en cafeterías, terrazas, etc. La imaginación puede ser fuerte o débil, grande o pequeña, pero siempre ella misma, ¿Y qué sino es la vida por Calderón de la Barca? : “Qué es la vida, un frenesí, qué es la vida, una ilusión, una sombra, una ficción, que el mayor bien es pequeño, que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son.”

Mario Saura Viejo