Rafa, un ejemplo para todos

Es más que probable que Rafael Nadal Parera, a sus 34 años, se haya convertido ya, por méritos propios, en el mejor deportista español de la historia; de lo que no cabe duda es que es uno de los más admirados y queridos.

Considerado como el mejor tenista de todos los tiempos en pistas de tierra batida, nos sigue sorprendiendo, no sólo por su comportamiento ejemplar sobre el terreno deportivo sino fuera de él.

Entró en la ATP con tan sólo 15 años, fue el primero en ganar un partido del circuito con 16 años, a los 18 comenzó a ganar torneos importantes y dos días después de cumplir los 19 ganó su primer título de Roland Garros.

La suya ha sido una brillante trayectoria continuada de éxitos, con pequeños paréntesis forzados por las lesiones, de las que se ha repuesto, resurgiendo si cabe aún con más fuerza.

Sólo un reducido grupo de elegidos puede presumir de un rosario de títulos como el que Rafa ha ido acumulando a lo largo de los años, desde aquel lejano 2004 en el que comenzó su carrera como profesional.

Dura tarea tiene quien deba encargarse de mantener brillantes todos sus premios y trofeos, entre los que no faltan medallas olímpicas, títulos de Copa Davis y decenas de torneos ganados a lo largo y ancho de la geografía universal.

Pero entre sus innumerables triunfos, destacan los 13 conseguidos en París, una hazaña que queda ya en la historia del tenis como un hito muy difícil de superar, casi imposible para sus competidores actuales y futuros.

Los franceses, que dieron a su torneo de París el nombre de uno de sus aviadores más brillantes, Roland Garros, aunque fuera un mediocre en el manejo de la raqueta, llevan desde 1983, año en el que ganó Yannick Noah, esperando que surja una figura “patria” capaz darles la gran satisfacción del triunfo en la final.

Y dicho sea de paso, la persistencia de Nadal, les escuece como una herida abierta que tarda en cicatrizar y no siempre han sido capaces de disimularlo.

Les incomoda que en los últimos 15 años, el himno español, ese que emocionó ayer a Rafa y a tantos nos llenó una vez más de orgullo, haya sonado 13 veces en París y hasta es posible que les quede la duda de si volverá a sonar en la próxima edición.

Rafa, que lo ha conseguido todo, sigue siendo un tipo cercano y accesible al que no se le ha subido el éxito a la cabeza; modesto y sensato, sigue esforzándose, para seguir peleando cada bola y poder darnos la satisfacción de verle competir y seguir ganando.

Por su coraje, su fuerza, su tesón, su espíritu competitivo, su capacidad de sacrificio, por su serenidad, su confianza y su fuerza de voluntad, no sólo es un deportista admirable, Rafa es un ejemplo para todos.