Balneario de Panticosa, donde el tiempo se detiene
CN / Ch.B
Con la llegada del periodo estival, el Balneario de Panticosa se presenta como un destino de escapada o vacaciones perfectas para reconectarse con la naturaleza y el bienestar físico y emocional. Ubicado a 1.636 metros de altitud, en el corazón del Pirineo aragonés, este enclave único invita a detener el ritmo, dejarse envolver por la pureza de sus aguas termales y respirar la esencia de la naturaleza en estado puro.
La nueva temporada primavera-verano-otoño pone el foco en la experiencia de desconexión integral que ofrece este lugar mágico, donde el murmullo del agua, el aroma de los bosques y la energía de las montañas se conjugan en perfecta armonía.
Termalismo, relax, gastronomía y patrimonio se dan la mano para redescubrir una forma pausada y auténtica de viajar. En el Balneario de Panticosa el viajero descubre por qué el tiempo parece detenerse…
En primavera, el valle despierta cubierto de flores y nuevos aromas; en verano, la frescura de las montañas invita al descanso; y en otoño, los colores dorados visten el paisaje con una belleza serena.
Rodeado de majestuosas cumbres, saltos de agua y bosques centenarios, este enclave natural ofrece una experiencia de bienestar integral, con sus aguas termales milenarias como alma del complejo.
El Balneario de Panticosa, perteneciente a la cartera de destinos turísticos de NOZAR Hotels & Resorts, ofrece a sus visitantes una propuesta única para reconectar con uno mismo a través del silencio, la naturaleza y la historia que habita en cada rincón. Alojarse en el Balneario de Panticosa es adentrarse en la historia y despertar en plena naturaleza.
Desde hace siglos, las aguas termales de Panticosa han sido un imán para quienes buscan salud y serenidad. De origen milenario y conocidas ya en tiempos del emperador Tiberio, sus propiedades curativas siguen siendo el corazón del Balneario.
Hoy, estas aguas alimentan tres espacios complementarios que combinan bienestar, belleza y tradición: el exclusivo Espacio Termal del Gran Hotel, un rincón íntimo donde el lujo se funde con la calma; las Termas de Tiberio, bañadas por la luz natural y rodeadas de montaña; y el centro terapéutico Balneario El Quiñón, dedicado a la salud física y emocional.
‘Aquí, el agua habla un lenguaje antiguo que todavía cura’
El Gran Hotel, joya patrimonial construida en 1896, catalogado recientemente como Hotel Monumento, combina la nobleza del roble y la piedra con una elegancia atemporal. Su arquitectura y sus salones, renovados por el arquitecto Rafael Moneo, aún susurran los ecos de grandes historias vividas entre sus muros.
El Hotel Continental, por su parte, ofrece una experiencia moderna y luminosa, con interiores cálidos que se abren al paisaje y al silencio.
Ambos alojamientos invitan al descanso profundo, a ese tipo de quietud que solo se encuentra en lugares excepcionales.
En el Balneario de Panticosa, el viaje sensorial continúa en la mesa. La oferta gastronómica combina la calidad del producto local con propuestas variadas para todos los gustos.
Desde la cocina refinada del restaurante El Lago, las propuestas de inspiración tradicional de La Brasserie, hasta la calidez familiar del buffet del Hotel Continental, pasando por las especialidades italianas de La Fontana o el ambiente veraniego de la terraza del Bar El Qbo.
Cada rincón ofrece una experiencia distinta, pero todos comparten un mismo hilo conductor: el cuidado por el detalle, la autenticidad y el sabor.
El Balneario de Panticosa presenta su nueva propuesta gastronómica con sabores de altura en el corazón del Pirineo Huesca y vuelve a apostar por una oferta gastronómica que marida paisaje, producto y creatividad. Con el impulso del chef ejecutivo Rubén Pertusa, el complejo pirenaico presenta una nueva propuesta culinaria que refuerza su posicionamiento como destino de desconexión, bienestar y sabor.
La nueva carta del restaurante La Brasserie ofrece una propuesta basada en productos de proximidad como el tomate rosa de Huesca o el Foie mi-cuit con Esturión Nacarii ahumado de los Pirineos, elaboraciones a la brasa en parrilla Josper, donde destacan las carnes seleccionadas y los postres caseros, acompañados por una cuidada selección de vinos de la D.O. Somontano. Todo ello en un entorno rodeado de cumbres emblemáticas como Arnales, Garmo Negro o Argualas, que aportan a cada comida una dimensión paisajística difícil de igualar.
Para quienes prefieren una propuesta más informal, la terraza El QBO se convierte en el lugar ideal para disfrutar de una carta mas fresca y desenfadad en la que ofrece pinchos, brioches, ensaladas y aperitivos pensados para compartir entre amigos o en familia, ya sea tras una jornada de senderismo o antes de relajarse en las aguas termales de Termas de Tiberio.
Con esta renovada oferta, el Balneario de Panticosa invita a los visitantes a disfrutar de una escapada donde la naturaleza, la gastronomía y el bienestar se funden en una experiencia sensorial única.