Artouste y Gourette, la magia del Valle de Ossau

Paisajes de alta montaña, grandes cumbres, circos glaciares, lagos y ríos, el valle de Ossau, con el Pic du Midi presidiendo majestuoso, es un sorprendente destino que se abre en todo su esplendor nada más cruzar la frontera con Francia por el Portalet, en los confines norteños del Valle de Tena que abrigan el Parque Nacional de los Pirineos, cuyos dominios protegen un patrimonio natural, la fauna y la flora. Las estaciones de Artouste y Gourette ofrecen un entorno  espectacular para los amantes de la naturaleza y los deportes de nieve.

Alberto Castillo 

El Valle de Ossau, uno de los tres valles bearneses, se extiende 35 kilómetros desde la frontera con España hasta la meseta de Pau. A lo largo de la serpenteante carretera que conduce hasta Laruns, la capital del valle, encontramos pequeños núcleos urbanos llenos de encanto salpicados de un intenso verdor que domina todo el paisaje, como las estaciones termales de Eaux-Bonnes y Eaux-Chaudes, que evocan momentos históricos del Segundo Imperio o la Belle Époque. Aquí se puede hacer de todo, senderismo, esquí raquetas, barranquismo, turismo rural, y por supuesto, degustar una deliciosa gastronomía, en la que sobresale la garbure, una sopa de col y alubias con confit de pato o caldo de jamón; embutidos propios de la zona como la andouille, morcilla o salchicha confitada, y el producto rey del Pirineo Bearnés, el queso artesanal de oveja típico del valle.

A pocos kilómetros de la frontera con España, la pequeña estación de Artouste, a orillas del lago de Fabrèges, ofrece un entorno excepcional para disfrutar de la naturaleza y de los deportes de nieve. Con una altitud de entre 1.400 y 2.100 metros, la estación consta de 4 sectores en un área esquiable de 150 hectáreas y 17 pistas con una superficie de 25 kilómetros. Su cercanía a España, y el imbatible precio de 19 euros del forfait de adulto la convierten en opción más que interesante. 

La vista ante el majestuoso Pic du Midi D’Ossau, con 2.885 metros es, sencillamente, sobrecogedora. El Pico del Midi de Ossau era de hecho un volcán, hace 260 millones de años. Cuando este último se extinguió, toda la parte inferior se vació y el volcán se derrumbó sobre sí mismo, lo que le dio su forma particular.

Una de las singularidades de Artouste es la presencia del petit train, construido en 1924 para dar servicios a los operarios que estaban construyendo la presa de Artouste. Desde el lago Fabrèges, un telecabina da acceso a la salida del tren de Artouste. Se trata del tren turístico más alto de Europa sobre vías estrechas. Este paseo pintoresco en tren de 50 minutos hace descubrir la flora y fauna de una manera única y espectacular, a lo largo de de un recorrido de 10km que bordea el acantilado y dominando el valle de Soussoueou hasta el lago de Artouste a 2.000 metros de altura.

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Gourette, la cuna del esquí

El Valle de Ossau ofrece otra sorpresa. De camino al puerto de Aubisque, una de las etapas habituales del Tour de Francia, se encuentra Gourette, una de las estaciones más antiguas de los Pirineos, escenario de los primeros descensos de esquí en los Pirineos hace más de un siglo. Está enclavada en un paisajede bosques y flanqueada de afilados picos y paredes calizas. Con orientación norte, tiene una superficie de 125 hectáreas y 42 kilómetros de descensos en 39 pistas para todos los niveles y modalidades.

En la cota de 2.450 metros, en lo alto del Pène-Blanque, el esquiador tiene ante sí uno de los descensos más bonitos de los Pirineos con un desnivel de algo más de 1.100 metros y unas vistas excepcionales. Existe la posibilidad de acceder a la vecina estación de Artouste por un itinerario que combina fuera pistas y esquí de travesía.