Abecedario de la Psicología: Homosexualidad
El Abecedario de la Psicología que Sergio García desarrolla en EFEsalud llega a la letra H, y trata sobre la Homosexualidad.
Cuando una persona siente atracción afectiva y sexual hacia individuos del mismo sexo.
Esta orientación está vinculada tanto a hombres como a mujeres (gays o lesbianas en el lenguaje popular).
No obstante, en la vida diaria se presentan estos sentimientos de manera común, existiendo una bisexualidad constitutiva pero que en la homosexualidad deriva en parejas del mismo sexo.
La sexualidad no es una elección consciente por lo que la APA saca en 1937 del DSM (Manual Diagnóstico) lo que catalogó en décadas de “trastorno mental y emocional”.
En la Antigua Grecia y en la Antigua Roma, pensaban más en el estatus social de la pareja que en el sexo de la misma. Siendo además común los amantes del mismo sexo entre la clase alta (efebos…).
El cristianismo durante los primeros siglos posteriores a Cristo, condenó las relaciones sexuales fuera del matrimonio, lo que hizo que las prácticas homosexuales provocaran un mayor rechazo social.
En los siglos XII y XIV, las reformas de la Iglesia tomaron la ley bíblica/natural como base de moralidad y no ayudaron a la integración de esta característica humana.
En España en el siglo XX, la dictadura persiguió y encarceló a homosexuales enviados a campos de trabajo amparados por la Ley de vagos y maleantes. En 1970, la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social trataba de “curar” la homosexualidad. Se llegaron a establecer dos penales, Badajoz para los pasivos y Huelva para los activos.
Incluso en algunas cárceles solía haber zonas reservadas para los detenidos homosexuales. En estos establecimientos y otras instituciones se intentaba cambiar la inclinación sexual de los internos mediante terapia de conversión:
descargas eléctricas, terapias grupales, castración, vasectomía, cirugía del nervio pudendo, lobotomía, tratamiento hormonal…
Por las terapias de conversión pasaron 700.000 estadounidenses en el siglo XX y hasta hace pocos años eran permitidas en algunos estados americanos.
En la década actual, la ley está impidiendo estas prácticas pseudocientíficas que no integran parte de la identidad y sexualidad de sus ciudadanos.
En nuestros días, a la terapia psicológica no le interesa corregir los sentimientos sexuales de los pacientes, sino que ayuda a entenderlos e integrarlos dentro de su personalidad para, según conforme al criterio de salud, la persona pueda amar de manera saludable.