Al borde del abismo

Algunas historias duran décadas; otras, tras puntuales destellos que aventuraban un largo futuro, se esfuman como simples fuegos de artificio.

Nacido en la comunidad autónoma catalana el 9 de julio de 2006, Ciudadanos, no obtuvo representación en las generales del 9 de marzo de 2008 por su pobre resultado de 46.313 votos y un 0,18%.

En su siguiente participación, en las del 20 de diciembre de 2015 y también con Albert Rivera como candidato, darían el primer salto importante con 3.500.446 votos y un 13,93% que equivalían a 40 escaños.

Las del 26 de junio de 2016 les supusieron un pequeño retroceso (3.141.570 votos, 13,06% y 32 escaños que sirvieron para investir a Mariano Rajoy).

Tendrían que esperar hasta aquel 28 de abril de 2019 en el que, aunque no superaron al PP, como aventuraban algunas encuestas, lograron un 15,86% en las elecciones generales, 4.155.665 votos que suponían el mejor resultado de su corta historia y les daban 57 escaños.

Consiguió entonces el PSOE, con sus 7.513.142 votos, 123 de los 350 escaños del Congreso, lo que les brindaba una seria posibilidad de formar gobierno de coalición con C´S, con una holgada mayoría absoluta de 180 diputados.

Pero ya en la noche electoral los simpatizantes que acudieron a Ferraz para celebrar el triunfo gritaban con fuerza su rechazo frontal con aquel “¡con Rivera no!”, algo que resultaría premonitorio y que finalmente “convencería” a la cúpula socialista e impediría que cristalizara la que posiblemente habría sido la mejor opción posible para la economía y la estabilidad del país.

De haberse producido entonces ese acuerdo, hoy no tendríamos a los comunistas sentados en el Consejo de Ministros, ni a Sánchez condicionado por los separatistas.

La falta de acuerdo para la investidura desembocó en la repetición de las elecciones, el 9 de noviembre de 2019, que para C´S supondría un tremendo varapalo (1.500.000, 6,8% y tan sólo 10 escaños) y se llevaría por delante a su líder, Rivera, que dimitió dos días más tarde y abandonó la política.

Sumidos en un mar de irrelevancia y condenados a ser poco más que una pequeña voz dentro de la oposición, ya de la mano de Inés Arrimadas, han  quedado reducidos a los pactos municipales y a los autonómicos, en Madrid, Andalucía, Castilla y León y Murcia.

No han transcurrido ni siquiera dos años desde sus mejores datos y en estos días, la fallida “operación Murcia”, planeada por Moncloa y Arrimadas, para descabalgar del gobierno del PP en esa comunidad, por medio de una moción de censura, ha desencadenado una tormenta imprevisible que puede haber dejado a Ciudadanos herido de muerte. Casi nadie entiende su repentino “colegueo” con el PSOE.

La convocatoria de elecciones para el 4 de mayo en la Comunidad de Madrid les dibuja un sombrío paisaje, en el que algunas previsiones apuntan a no alcanzar ni el 5% de los votos y quedarse fuera del parlamento madrileño.

Quienes han llevado a C´S hasta este punto de la historia, pueden provocar la desbandada de buen número de sus cargos electos y lo que es más grave, el abandono de sus votantes y el principio del fin.

Fue bonito mientras duró, pero llegados a este punto, quienes han puesto al partido al borde del abismo deben afrontar sus responsabilidades y tomar decisiones drásticas; las dimisiones son una opción; las torpezas hay que pagarlas.