El partido que pudo gobernar España

En las primeras elecciones generales en las que participó Ciudadanos, celebradas el 20 de diciembre de 2015 y ganadas por el PP de Mariano Rajoy, con 123 escaños, el partido de Albert Rivera obtuvo 3.500.446 votos, un 13,93% y la cuarta posición con 40 de los 350 escaños del Congreso de los Diputados.

El 26 de junio de 2016 se celebraron nuevas elecciones generales al no haber logrado ninguno de los candidatos el apoyo necesario para formar gobierno y nuevamente ganó el PP con 137 escaños, quedando el partido de Rivera nuevamente como cuarta fuerza, con el 13,06% y tan sólo 32 escaños.

En las elecciones autonómicas catalanas del 21 de diciembre de 2017, CIUDADANOS, con Inés Arrimadas como cabeza de lista, resultó ganadora con un histórico 25,37% de los votos, siendo el partido más votado (1.110.000) y el que más escaños obtuvo (36).

Cifras envidiables que no fueron suficientes como para gobernar una comunidad en la que los separatistas ERC, JUNTS y CUP sumaban 70 de los 135 escaños e hicieron imposible cualquier intento de Arrimadas para gobernar, por más que algunos se lo hayan reprochado hasta la saciedad.

El 1 de junio de 2018, tras la moción de censura presentada contra Rajoy, el que hoy es presidente del Gobierno de España, obtenía los apoyos parlamentarios necesarios para lograr ser investido.

El mayor éxito de Ciudadanos llegaría en las elecciones generales del 28 de abril del 2019, en las que obtuvieron un 15,86%, 4.155.665 votos y 57 escaños que los convertían en la tercera fuerza del país.

Ese número de escaños, unidos a los 123 que obtuvo el ganador de las elecciones, el PSOE, sumaban una mayoría absoluta de 180, que sobre el papel parecía una buena opción de gobierno de coalición, el que habría sido el primero de nuestra democracia.

Pero ninguna de las dos partes mostró un decidido empeño en hacer realidad esa opción y ante la imposibilidad de otras posibilidades, con fecha 10 de noviembre se repitieron las elecciones.

El varapalo para Ciudadanos fue histórico, logrando tan solo un 6,86% de los votos, 1.650.318 y únicamente 10 escaños en el Congreso, lo que precipitó la dimisión y la marcha de la política, al día siguiente, de Albert Rivera.

El partido que pudo gobernar España ha seguido dando tumbos desde entonces, perdiendo apoyos a cada nueva elección celebrada; primero el 4 de mayo de 2021 quedaron fuera de la Asamblea de Madrid, luego, el 13 de febrero de 2022, en las autonómicas de Castilla y León, donde gobernaban en coalición con el PP desde las elecciones del 26 de mayo de 2019, perdieron 11 de los 12 escaños que tenían y el 22 de junio de este mismo año se quedaron sin representación en el Parlamento de Andalucía, donde habían estado gobernando también con el PP con sus 21 escaños, desde las elecciones del 2 de diciembre de 2018.

El horizonte, a la vista de las encuestas que periódicamente se publican, incluidas las de “Josefé”, con sus “peculiares”  estudios del CIS, no es nada alentador y ya ni los más optimistas confían en que cambie la tendencia y que el partido naranja, cada vez más diezmado y “exprimido”, logre remontar en las próximas citas electorales autonómicas y municipales.

Una verdadera lástima que el partido que ilusionó a más de cuatro millones de votantes, que pudo gobernar España y cambiar el rumbo de nuestra historia, sea hoy por hoy, con un liderazgo cuestionado, un proyecto sin expectativas condenado al fracaso del que numerosos dirigentes “huyen” hacia las opciones más próximas.

Fue muy bonito mientras duró, ahora que el último apague la luz.