Estamos en la era «digital»

Algunos pensábamos, muy ingenuamente visto lo visto, que con la llegada de una nueva generación de socialistas y de los comunistas de Unidas Podemos al primer gobierno de coalición de la etapa democrática en España, se desterrarían definitivamente las viejas prácticas, esa arraigada costumbre de otorgar cargos públicos y puestos de especial relevancia, generalmente muy bien remunerados, a familiares, amigos, antiguos compañeros de estudios, colegas de la partida de mus o del pádel…

Pero nos equivocamos por completo; el “matrimonio de conveniencia” de socialistas y comunistas no sólo no las erradicó, sino que para dejar satisfechas a las dos partes, primero sobredimensionó el Consejo de Ministros hasta convertirlo en una réplica del camarote de los hermanos Marx y luego se fue desmelenando en el nombramiento masivo de altos cargos y asesores de todo tipo.

Los socialistas ya tenían experiencia de épocas anteriores, así que no les costó demasiado continuar eligiendo a dedo a quienes consideraron oportuno, al frente de empresas públicas y puestos de especial relevancia en las instituciones del estado.

Los comunistas, que antes de su llegada a la vida política demonizaban a la “casta”, prometían regenerar la vida política y aseguraban tiempos nuevos con nuevas formas, pronto olvidaron sus planteamientos iniciales y no tardaron en ir situando en puestos de confianza y privilegio a personas de sus círculos más cercanos.

Es especialmente noticia en estos días la elección del marido de la vicepresidenta primera del Gobierno y Ministra de Economía, Nadia Calviño por parte de Patrimonio Nacional, como Coordinador de Estrategia Comercial y de Marketing.

Al contrario de lo sucedido en ocasiones anteriores, esa institución pública no ha informado de las calificaciones obtenidas por los distintos candidatos y simplemente ha informado del “elegido”.

Informaciones solventes de distintos medios han asegurado que la que es presidenta de Patrimonio Nacional desde julio de 2021, cuya valía y trayectoria profesional nadie pone en duda, no sólo ocultó a su consejo de administración el “fichaje”, sino que se saltó la obligación de abstenerse por su “amistad íntima” con la esposa del candidato y firmó personalmente la “contratación”.

Resulta cuanto menos curioso si sabemos que la actual presidenta de Patrimonio Nacional, Ana María de la Cueva Fernández, sobrina del que fuera ministro de Hacienda y de Justicia con Adolfo Suárez y de Asuntos Exteriores con Felipe González, Francisco Fernández Ordóñez y también sobrina del que fuera Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordoñez, fue elegida por Nadia Calviño en junio de 2018 como Secretaria de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, cargo que desempeñó hasta su renuncia el 12 de mayo de 2021.

Que la prensa airee los detalles de una contratación “sospechosa” no es de ninguna manera “un ataque a su familia” tal y como ha manifestado la vicepresidenta, sino satisfacer la más natural pretensión de los ciudadanos de España, que con sus impuestos pagan los sueldos públicos,  de saber que sólo los candidatos más capacitados, los mejores, sin privilegios, resultan elegidos para cargos de relevancia en cualquiera de las instituciones oficiales.

Estamos en la era “digital”, pero se hace necesario que a la hora de elegir entre diversos candidatos cuenten más la preparación y la experiencia que la decisión del “dedo” que señala al elegido.