Gratis total

Como era de esperar, el pasado día 22 se consumó la infamia, Sánchez, en contra del dictamen del Tribunal Supremo, concedió “su” indulto a los nueve separatistas condenados por sedición y malversación que cumplían sus largas condenas en cárceles catalanas.

Resultó tan evidente como indignante que desde el aparato del gobierno y del PSOE llevaran semanas tratando de “mentalizar” masivamente a la población acerca de las bondades del perdón y esgrimiendo una “utilidad pública” que ni vio el Supremo en su dictamen, ni acaban de ver los ciudadanos de a pie.

De existir alguna utilidad ÚNICAMENTE era y sigue siendo la de servir al gobierno de Sánchez para conservar a un aliado imprescindible, ERC, que pese a su empeño en “marcharse”, le ha apoyado y le sigue dando el oxígeno vital al mayor incumplidor de palabra de la historia reciente.

Quienes pretenden hacernos “la picha un lío” mezclan justicia con venganza y demonizan a todo aquel que considera que quien delinque, es juzgado con todas las garantías legales y resulta condenado DEBE CUMPLIR SU PENA.

No, no es el momento del perdón de todos los españoles, ni siquiera lo ven bien al menos la mitad de los catalanes, lo es de SU perdón; lo necesita como una flor en un terreno árido que suplica unas gotas de lluvia que le permitan mantenerse en pie un día más.

Y por si todo lo anterior no fuera suficiente, en los últimos días, se han lanzado a descalificar al Tribunal de Cuentas, que en entre sus funciones tiene la de controlar el uso que se da a los caudales públicos y la de enjuiciar a quienes utilizan el dinero público en fines distintos a los que deberían.

Incomoda ahora, cuando ya preparan la “mesa de diálogo”, la pretensión del Tribunal de Cuentas, que mantiene abierto un expediente para exigir la devolución de más de 10 millones de euros a un grupo de personas entre las que se encuentran los separatistas condenados por malversación a los que Sánchez el “magnánimo” ha puesto en libertad.

La mayoría social, no entiende que quienes delinquieron tan gravemente no cumplan sus condenas, no comprende los privilegios, ni puede permitir que además de librarse de sus condenas, se “vayan de rositas” y no respondan económicamente.

Gastar el dinero público en organizar el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 y en la promoción del intento independentista en el exterior, cuando las necesidades cotidianas de la mayoría de ciudadanos catalanes son otras, por más que el gobierno, con Ábalos a la cabeza, consideren que “las causas abiertas son piedras en el camino”, no puede ni debe, en ningún caso, salirle a nadie GRATIS TOTAL.