La naranja en serio riesgo de extinción

Parece que es una historia lejana producida hace mucho, mucho tiempo, pero no, sucedió el 28 de abril de 2019, hace poco más de dos años.

En aquella fecha, un partido ilusionante, que venía de ganar con autoridad las elecciones al Parlamento de Cataluña del 21 de diciembre de 2017 con 1.109.732 votos, un 25,35% y 36 escaños, lograba su mayor éxito electoral en la generales, consiguiendo la tercera posición con 4.136.600 votos, un 15,86% y 57 de los 350 escaños del Congreso de los Diputados.

Al día siguiente, quizá víctima de la euforia propia del momento, su líder Alberto Carlos Rivera Díaz, hoy más conocido por ser pareja de Malú, se autoproclamaba “líder de la oposición”, obviando que el PP había logrado 66 escaños, y se descartaba como socio de Sánchez, que al frente del PSOE había sido el ganador de las elecciones con 123 escaños.

Conviene recordar que aunque Rivera no era partidario de gobernar en coalición con los socialistas, éstos, en las celebraciones de la noche electoral ya gritaban a Sánchez “con Rivera no, con Rivera no”.

Es muy probable que si en aquellas fechas se hubiera producido un entendimiento entre PSOE y C’S, hoy en día no tendríamos el gobierno social comunista que tenemos, condicionado por los apoyos de los partidos regionalistas, los separatistas y los herederos políticos de la banda terrorista ETA.

Un gobierno de coalición de ambas fuerzas, con una holgada mayoría absoluta de 180 diputados nos habría gobernado de otra forma, sin las tensiones y condicionamientos que persisten y con grandes posibilidades de prolongarse en el tiempo aunque no se hubieran alcanzado grandes metas.

Pero no fue así y la repetición de aquellas generales, el 9 de noviembre de 2019 supuso un varapalo difícil de digerir para los de Rivera, que de la noche a la mañana pasaron a obtener 1.637.540 votos, un 6,79% y SÓLO 10 escaños, que los relegaban a la sexta posición.

La dimisión y “huida” de la política de Rivera, dejó el marrón a una Arrimadas, que ve cómo su partido se empequeñece día a día, no ya por opas hostiles del PP, sino por la desbandada que en política suele producirse cuando las cosas no salen todo lo bien que se esperaba.

Es innegable que la moción de censura con el PSOE en Murcia no fue una gran idea y las elecciones de la Comunidad de Madrid les supusieron un nuevo descalabro, al perder medio millón de votos, obtener sólo 130.237, un 3,57%, que les arrebataba los 26 escaños que tenían y los dejaba sin representación.

Los buenos deseos y la firme voluntad de conservar un espacio “liberal de centro” puestos de manifiesto en la convención celebrada en estos días y el rechazo a una fusión con el PP podrían resultar insuficientes para subsistir.

Una encuesta de NC Report, publicada hoy mismo, si se celebraran elecciones generales, les concede un 2,7% de los votos y tan sólo 1 escaño.

Parece evidente que Ciudadanos, aquella “naranja” que ilusionó a millones de españoles, que pudo cambiar la historia más reciente de España, lamentablemente, está en serio riesgo de extinción.