Si realmente alguien nos observa…

La directora del Instituto Carl Sagan en la Universidad de Cornell, Lisa Kaltenegger, y el físico de la Universidad de Lehigh, Joshua Pepper, tras estudiar el espacio que nos rodea, han calculado que existen más de mil estrellas desde la que seres extraterrestres, cuya existencia hoy por hoy no está demostrada, podrían estar observándonos.

Todo apunta a que ese millar de estrellas podrían tener mundos similares al nuestro y estar separados por “unos años luz”, que en el mejor de los casos podrían ser 28 años luz y en los más lejanos, unos 300, pero en cualquier caso, nos dicen, seríamos vecinos de la Vía Láctea.

En el supuesto de que realmente existan y estén dotados de inteligencia, es más que probable que lleven tiempo alucinando con el comportamiento humano, con nuestras guerras, nuestras desigualdades clamorosas y nuestra sorprendente incapacidad de tomar las decisiones más convenientes para, no sólo garantizar nuestra supervivencia como especie, sino para hacer más llevadera la vida del conjunto de los seres humanos que hemos tenido la suerte o la desgracia de vivir nuestra existencia en la tierra.

Aun dando por cierta la existencia de nuestros desconocidos “vecinos” alienígenas y atribuyéndoles una inteligencia superior que les haya permitido observarnos y que hiciera posible viajar hasta nosotros, la posibilidad de que lo hagan parece remota.

Del mismo modo que hoy por hoy, a ningún ser humano sensato se le ocurriría viajar a una zona en conflicto bélico, amenazada por un desastre natural o acuciada por un alto índice de contagios y mortalidad por la COVID-19, a esos hipotéticos seres, tampoco se les pasaría por las “antenas” con las que solemos representarlos, venir a nuestro mundo en las actuales circunstancias.

Vivimos, a nivel mundial y con muy contadas excepciones, un momento delicado, preocupante, incierto, doloroso y caótico, al que los científicos tratan de dar solución sometidos a las decisiones políticas, mientras los políticos se empeñan en imponer razones económicas y partidistas, haciéndonos creer que siguen el consejo de unos sabios que no siempre existen.

Y mientras tanto, el mundo va camino de los 44 millones de contagios (más de uno de ellos, oficialmente, en España) y ha superado ya el millón de muertos (de ellos, oficialmente, 34.752 en España), sin un tratamiento médico que resuelva los problemas sanitarios, ni una vacuna que prevenga los contagios, dejando una buena parte del “éxito” a las actitudes cívicas y la responsabilidad de cada uno y desde hoy al toque de queda, que en sus 17 versiones autonómicas reste por unas horas “unas pocas” posibilidades de contagio a esa malnacida criatura que llaman COVID-19.

Si realmente, en los posibles mundos de ese millar de estrellas, alguien nos observa, a buen seguro que ya habrá decidido que no es el mejor momento para venir a visitarnos.