Tensiones

Quienes a lo largo de su vida laboral han cotizado al menos 15 años tienen el derecho a cobrar una pensión de jubilación, cuya cifra estará en función de sus aportaciones.

Quienes, por decisión propia o por las más diversas circunstancias, no han cotizado 15 años, e incluso quienes nunca han cotizado, pueden percibir una pensión no contributiva, actualmente de 402,80 euros mensuales, siempre que se encuentren en una situación de necesidad, sin recursos suficientes para subsistir y cubrir sus necesidades básicas.

En la actualidad, para poder cobrar una pensión del 100% de la base reguladora es necesario haber cotizado 36 años y en cualquier caso, para el común de los mortales, en el que no están incluidos ex presidentes del Gobierno y de las comunidades autónomas, altos cargos de organismos e instituciones del Estado y demás privilegiados, el importe máximo mensual a percibir es este año 2.707,49 euros.

Desde hace tiempo nos dibujan una “hucha de las pensiones” parcheada a base de créditos porque las cotizaciones de los trabajadores activos no son suficientes para cubrir las mensualidades de los pensionistas.

Nos hablan de una deuda del sistema de pensiones que ya supera los 100.000 millones de euros, con un déficit que el “optimismo” del Gobierno ante Bruselas espera nivelar en 2024.

Si ya la descompensación entre aportaciones y prestaciones se ha ido incrementando con los años, agravando el  problema y vaciando la hucha, el aumento de la esperanza de vida de los españoles, 82,34 años, más beneficiarios cobrando durante más tiempo, ha dejado al descubierto las “telarañas” de un sistema al borde de la insolvencia.

Hay quien ha planteado repetidamente que los importes destinados al pago de todas las pensiones, con los condicionantes de cada trabajador, debería ser una partida más de los Presupuestos Generales del Estado, como lo es la Sanidad, la Defensa, la Educación…

Pero parece ser que quienes tienen la capacidad de hacer que eso sea así, no están del todo por la labor, aunque sí tienen previsto transferir 36.000 millones de los Presupuestos, con carácter excepcional.

Ese “déficit” creciente de la Seguridad Social ha puesto sobre la mesa la necesidad de buscar otras “soluciones”, más años de cotización, mayores porcentajes de aportación tanto de las empresas como del trabajador y en las últimas semanas, mayor número de años para el cálculo de la pensión…

Hay informaciones contradictorias que “inquietan, atormentan y perturban” a quienes perciben una pensión de jubilación y preocupan a quienes aún deben esperar unos años para pasar a esa situación y ven que su “paguita”, como un oasis en medio de un desierto, no está en el punto que habían calculado.

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha dicho una cosa y la contraria en varias ocasiones, como “es absolutamente falso que vaya a haber un recorte en las pensiones” al tiempo que dejaba circular documentos en los que se planteaban ajustes.

Nos aseguran que el Gobierno se ha comprometido con la UE para aumentar el periodo de cálculo de 25 a 35 años, lo que equivaldría a pensiones menores entre un 7,50% y un 15% según cálculos de varias universidades.

Hoy mismo, el ministerio  y los sindicatos han acordado el aumento de las cotizaciones, un 0,50% las empresas y un 0,10% los trabajadores.

Al tiempo, el grupo minoritario en el gobierno de coalición ya ha advertido que no encontrará su apoyo para recortar las pensiones, lo que podría significar que no salgan adelante las modificaciones “previstas”.

Es evidente que a día de hoy, las pensiones, se escriben con “T”, de trabajador, de tiempo cotizado, de tensiones, de temores fundados…

La solución, la de casi todos, en breve.