Un asunto particular

La Real Academia Española de la Lengua define nepotismo como “desmedida preferencia que algunos dan a sus parientes y amistades, para las concesiones o empleos públicos, al margen de sus méritos y capacidades”.

A lo largo del tiempo, hemos venido viendo como algo habitual que numerosos personajes de los partidos tradicionales, por aquello de “la fuerza de la costumbre” o por lo de “siempre se ha hecho”, han utilizado sus cargos, más o menos importantes, para conceder favores o facilitar un empleo a sus propios familiares o a sus amistades.

No es, de ninguna manera, admisible, que también lo haga un partido que llega con la promesa de regenerar la política, cambiar las formas, acabar con los privilegios y desterrar las actuaciones de sus antecesores.  

Así nos va y así nos luce el pelo si en lugar de contratar a los mejores para cada responsabilidad pública, se “regalan” empleos muy bien remunerados a miembros de la familia, a amigos del colegio o a colegas de la pachanga de los sábados, que no siempre están a la altura de las circunstancias, ni tienen una preparación específica para el puesto.

El actual gobierno social comunista, no sólo no ha erradicado esas prácticas, sino que ha propiciado numerosos ejemplos de inquietante nepotismo; para ratificarlo bastaría consultar la hemeroteca donde hasta el presidente ocuparía un lugar destacado.

Recientemente, la que fuera responsable de Cumplimiento Normativo del partido morado, socio minoritario del Gobierno de España, remitió un escrito al Juzgado de Instrucción número 42 de Madrid, en el que señalaba que una mujer, a sueldo de Podemos, ejercía en 2019 las funciones de niñera de los tres hijos de la pareja Iglesias-Montero.

Nada que objetar por parte de cualquier ciudadano de a pie, pero llamativo para los simpatizantes y afiliados del partido que, presuntamente, la función de una persona en el organigrama de la formación pudiera ser “niñera” de los “jefes”.

Pero resulta impropio de un partido “regenerador”, a juzgar por las informaciones de distintos medios y las manifestaciones de algunas personas cercanas al partido de los círculos, que cuando Iglesias “consiguió” los cinco ministerios para los suyos en el gobierno de coalición y entre ellos uno para su pareja, ésta incorporara como asesora de libre designación y “jefa adjunta de gabinete” a su amiga la “niñera”, eso sí ahora con un sueldo de casi 52.000 euros a cargo del Ministerio de Igualdad, presuntamente por seguir dedicándose al cuidado de la hija de la ministra peor valorada del gabinete.

La oposición ya ha pedido que se aclare si la “solucionóloga” manchega ejerce de asesora o de niñera de los hijos de los líderes supremos, mientras desde el partido se pide al juez que no se investigue el asunto por ser “una cuestión de índole personal”.

Difícilmente podría considerarse como un asunto particular si finalmente resultara que el sueldo de la “niñera” lo estamos pagando los contribuyentes.