Un mar de lágrimas

Algunos nacen con un pan bajo el brazo, él debió hacerlo con un balón pegado al pie.

Comenzó a los 4 años en el Abanderado Grandoli, club infantil de Rosario, su ciudad y a los 7 ya jugaba en los infantiles del Newell’s Old Boys, con el que disputó 176 partidos hasta el año 2011, marcando 234 goles.

Han pasado casi veinte años desde aquel lejano 17 de septiembre de 2000 en que el diminuto Lionel Andrés Messi Cuccittini, con 13 años, llegó a Barcelona, acompañado por su padre para hacer una prueba con el equipo infantil.

Lo hizo bajo la supervisión del Carlos Rexachs, mítica figura del equipo y entonces responsable de la cantera, quien tres meses más tarde y en una simple servilleta de papel se comprometió a su fichaje.

Durante tres años, como otros muchos niños, se inyectó cada día la hormona del crecimiento para solventar la enfermedad hormonal que padecía y que le habían diagnosticado dos años antes; así pasó de 148 a  170 centímetros de altura.

Hasta 2005 jugó en los equipos infantiles y en los filiales, marcando 105 goles en 107 partidos.

Debutó con el primer equipo, en partido amistoso, el 16 de noviembre de 2003 y en partido oficial el 16 de octubre de 2004, convirtiéndose en uno de los canteranos más jóvenes en debutar en Primera División.

El 1 de mayo de 2005 marcó su primer gol en liga, siendo entonces el más joven en hacerlo para el F.C.Barcelona.

Desde entonces no ha parado de batir a los porteros rivales de todas las formas imaginables, alcanzando los 672 goles en 774 partidos con el equipo catalán, lo que lo convierte en el jugador que más goles ha marcado en la historia con un mismo club.

Es también el que más goles ha marcado en la historia del fútbol mundial, con 1.163 y sus goles han contribuido decisivamente para que el equipo lograra 37 títulos, entre ellos 10 ligas, 7 copas del Rey, 8 Supercopas de España, “sólo” 4 Champions League, 3 Supercopas de Europa, 3 mundiales de Clubs…

Todo eso al margen de sus goles y éxitos con la camiseta de la selección argentina (76 tantos en 151 partidos).

Algunos se han llenado la boca con aquello del “Mes que un club”, pero no hay duda de que ese “Mes” ha sido, en los últimos 20 años por obra y gracia del genio MES-SI, artífice de la mayor parte de los éxitos.

Considerado por la mayoría como el mejor jugador del mundo y uno de los mejores de la historia del fútbol mundial, es el único ganador de 6 balones de oro y, entre otros galardones deportivos, también de 5 botas de oro.

No es de extrañar que su marcha, oficialmente motivada por los graves problemas económicos de su club y por las limitaciones salariales de la liga, (previsiblemente al “todopoderoso” PSG), suponga una gran pérdida para el F.C. Barcelona, para el fútbol español, para el espectáculo en general y muy especialmente para sus aficionados que ven impotentes cómo su ídolo, “su 10”, desaparece de la escena.

Seguro que escribirá nuevas páginas brillantes en los próximos años, pero aquí deja un vacío muy difícil de llenar a las puertas de un nuevo campeonato de Liga.

Llora Messi en su despedida y lloran quienes lo han seguido como a un dios terrenal durante dos décadas y hoy se ven obligados a despertar del sueño.

“La Pulga”, apodo que desde 2005 arrastra por obra y gracia de un periodista argentino, pequeña, hábil, escurridiza, sigilosa y rápida, ha dado el salto y ha dejado al “mundo culé” sumido en un mar de lágrimas.