¡Viva el nuevo rey!

Asistimos en estas fechas históricas a la desaparición de quien durante siete décadas ha reinado en Inglaterra y a la coronación de su hijo, más metido ya en la edad de jubilación de lo que debería ser aceptable para semejante puesto, pero no es ese el asunto “real” que más nos entusiasma hoy a la mayoría de los españoles.

Quienes han podido seguirlo en directo, hasta altas horas de esta madrugada, han tenido el privilegio de vivir en directo un acontecimiento histórico.

“Charly”, el chaval de El Palmar murciano, que ya llevaba tiempo dando más que pasos zancadas, ha logrado un nuevo hito en su ya exitosa trayectoria en el competitivo mundo del tenis.

Sabemos que Rafa no se ha ido, que para nosotros sigue siendo el más grande en nuestra historia deportiva, que seguirá logrando nuevos éxitos y sobre todo, que continuará siendo un grandísimo ejemplo, en lo humano y en lo deportivo para todos.

Pero ya no cabe duda, el “adolescente” Alcaraz ha irrumpido con fuerza en las canchas de tenis, sin importarle si son duras, de tierra batida o de hierba y sin amilanarse ante nada, ni ante cualquiera de los rivales que le toquen en suerte; es un auténtico ciclón que cuando está inspirado es imposible parar.

A base de golpes, nunca mejor dicho, se ha convertido en el jugador que más partidos y más torneos ha ganado en este 2022, estableciendo diversos récords de precocidad que asombran a propios y extraños.

“Charly”, Carlos, Don Carlos ya para el mundo del tenis, sigue siendo un chaval, pero cada vez que pisa la pista da la sensación de ser un maduro “veterano”, capaz de afrontar con serenidad cualquier contratiempo y solventar los contratiempos que ponen en riesgo sus resultados.

Son muchos los paralelismos que nos recuerdan a Nadal, aunque hoy por hoy esté a años luz de los éxitos logrados por Rafa (único jugador masculino del mundo que ha ganado 22 Grand Slam, Serena Williams, ya retirada ganó 23 títulos individuales), pero si hay algo que destaca en todo lo que comparten es su sencillez, su humildad, su deportividad, su tesón, su espíritu de lucha y sacrificio antes las dificultades.

“Charly”, que no escatima sonrisas mientras juega, es un nuevo ejemplo en un mundo de “Kyrgios y troyanos”, que no saben perder, que insultan y descalifican al rival o rompen sus raquetas cuando no les salen las cosas;  en varias ocasiones ha dado por buenas jugadas del rival que el juez de silla había dado por malas, logrando el aplauso general.

Esta madrugada, tras doscientos minutos de juego, ha derrotado con claridad al dignísimo rival noruego Ruud por tres sets a uno.

El triunfo, más allá del nada despreciable premio económico, del que Hacienda se zampará un buen “bocado”, llevaba aparejado el récord de convertirse en el más joven ganador en la historia del US Open, que se viene disputando en Flushing Meadows, Nueva York, desde 1978.

Con todo, Alcaraz, nacido el 5 de mayo de 2003, no ha conseguido superar a Nadal (3 de junio de 1986), que con 19 años recién cumplidos ganó su primer Grand Slam, el primero de los 14 Roland Garros que ha logrado, una cifra muy difícil de superar a cien años vista.

Sí que ha establecido un nuevo récord, el de convertirse en el número UNO más joven en lograrlo desde 1973 y el único que lo ha alcanzado antes de cumplir los veinte (Nadal y Federer lo hicieron con 22 años y Djokovic con 24).

El mundo entero, con admiración, ha asistido a la coronación de Carlos Alcaraz Garfia, ¡no cambies, “Charly”!, ¡vamos, Carlos!.

¡VIVA EL NUEVO REY!.