Editorial CN 106

Crispación Política  Vs  Educación y diálogo

En estos años tan  convulsos para la política en los últimos tiempos en España, estamos siendo  testigos de una creciente crispación política que está polarizado a la sociedad y dificultando en exceso el necesario consenso para abordar los  importantes desafíos que se nos vienen  encima. Esta situación se ve agravada sin duda alguna por la  interesada divergencia ideológica que genera una confrontación partidista que amenaza con socavar los cimientos de nuestra democracia y obstaculizar nuestro progreso colectivo.

La polarización política se ha manifestado en diversos ámbitos, desde el Parlamento hasta las calles de nuestras ciudades. Las disputas entre los diferentes partidos políticos, así como entre el Gobierno Central y las administraciones regionales, y en especial las políticas de izquierdas y su sentimiento de frustración y desencanto contra el Gobierno regional de la Comunidad de Madrid, ha generado un clima de confrontación constante y esto dificulta cualquier acuerdo beneficioso para el conjunto de la ciudadanía y evita  la adopción de políticas efectivas que sean solución a los problemas que nos atenazan.

En Madrid, en particular, hemos sido testigos de una gran falta de educación política, de insultos y falta de ética en favor de tensiones exacerbadas por diversas cuestiones, como la gestión de la crisis sanitaria, las políticas de movilidad urbana, las medidas de seguridad ciudadana o temas irrelevantes para la sociedad como asuntos familiares de los políticos que algunos han querido sacar a la palestra a modo de burda justificación para evitar asuntos más importantes, es decir volemos al infantilismo del “ Y tu mas”,  y lo único que se ha conseguido con estas  discrepancias es generar un ambiente de división y confrontación que, lejos de promover el bienestar común, ha sembrado la desconfianza, el desasosiego, y el malestar entre los ciudadanos que les ha motivado una extraordinaria  falta de interés por los asuntos de la política, ya que no se aprecia ninguna intención de “ fair play” entre todos los actores de la política española.

De no poner freno a esta crispación continua  e insultos constantes y cada vez mas agudizados, se  fomenta la apatía y el desinterés por los asuntos públicos de los ciudadanos, ya que con esta polarización partidista y la búsqueda de réditos políticos  propios  y no la  búsqueda de soluciones consensuadas, eclipsa el interés público y provocan el   hartazgo social con los malos políticos.

Por lo tanto, es crucial que los líderes políticos reconozcan los peligros de esta polarización y trabajen activamente para superarla. El diálogo calmado y acuerdos consensuados  son esenciales para construir un futuro próspero y cohesionado para todos. Deben dejar a un lado sus diferencias partidistas y enfocarse en encontrar puntos de encuentro que permitan avanzar hacia un horizonte de progreso y bienestar de los ciudadanos. Es responsabilidad de todos los políticos  fomentar un clima de respeto mutuo, tolerancia y entendimiento. 

Estructurar un  debate democrático y educado que se fundamente en el intercambio de ideas y en el respeto a la diversidad de opiniones, evitando la descalificación y la confrontación estéril que solo contribuyen a profundizar las divisiones existentes.

Por otro lado es vital  promover la total  transparencia en la gestión pública ya que la rendición de cuentas es básica para  conseguir la confianza de los ciudadanos en las Instituciones  públicas y políticas y mejorar la calidad de la democracia, y ofrecer tantas explicaciones como sean pertinentes para informar a los ciudadanos de la situación o conflictos que haya que solucionar, pero  eso por desgracia es algo de lo que adolece el Gobierno Central del Presidente Sánchez, que no da ningún tipo de explicación a asuntos de vital importancia que no son precisamente secretos de Estado.

Esta confianza en el ciudadano es el pilar fundamental de toda democracia y es un aspecto que debe ser preservado y fortalecido  en todo momento. Es el vínculo de lealtad entre las instituciones y la ciudadanía 

En conclusión, la crispación política en el país representa un desafío urgente que debe ser abordado con determinación y responsabilidad y que exclusivamente a través del compromiso con los valores democráticos y el respeto a la diversidad se podrá superar esta crisis y construir un futuro mejor para todos.