EDITORIAL CN 104 

Ni la  virgen de la cueva, la danza de la lluvia, ni el mismo Noé


Cuentan algunas leyendas de culturas como la Egipcia, Árabe   o  incluso los mismos indios Cherokee, que  efectuaban un tipo de danzas para promover la lluvia y para limpiar la tierra de espíritus malignos y eran tan creyentes que… Pero leyendas aparte, no es normal que en la Comunidad de Madrid no se produzcan precipitaciones en forma de agua  o nieve en  estas fechas. El último chaparrón caído en Madrid es de primeros de enero, mas concretamente la noche de Reyes, ese 5 de enero que”bautizó” en mayor o menor medida de empapamiento a  casi todas las  cabalgatas celebradas en la región. Una borrasca que sin ser aguacero dejó cerca de 5 litros por metro cuadrado.

 Ha habido años en nuestra región que no ha caído una sola gota de agua en el mes de enero, como fue el del   año 1983) en el que un cálido invierno visitó el centro peninsular, aunque el record lo mantiene el año 1997 en el que Madrid pasó 57 días sin lluvia, del 3 de febrero hasta el 31 de marzo, (datos de la Agencia Estatal de Meteorología- Aemet). Según explican los técnicos de este organismo no es especialmente raro que Madrid y otras regiones del interior peninsular enlacen varias semanas sin que llueva una sola gota, aunque es verdad que casi un mes comienza a ser un periodo bastante largo.

La ausencia de lluvias se puede atribuir a varios factores, pero parece ser que el motivo más razonable, aunque  entendiendo que esto son siempre previsiones,  es que vivimos un periodo anticiclónico continuo, con presencia constante de altas presiones y esto hace que se forme un anticiclón de bloqueo capaz de permanecer varias semanas sobre una misma región y eso provoca un  tiempo más  estable, ausencia casi total de precipitaciones con cielos poco nubosos, bancos de niebla  de madrugada, ambiente frío nocturno y templado o caluroso  de día. O lo que viene siendo lo mismo un fenómeno llamado subsidencia, es decir  el descenso de aire desde niveles medios o altos de la atmósfera hasta la superficie de la Tierra. 

Esto me recuerda a la famosa frase del desaparecido meteorólogo Mariano Medina y su conocido “Anticiclón de las Azores” que pintaba a tiza muchos soles  en aquella pizarra en la que nos explicaba la previsión del tiempo meteorológico  en los inicio de la televisión en España.

Además de la falta de agua en el ambiente, esta situación está provocando algunos efectos inesperados para esta época del año como es el inusual calor que  se registra  tanto en la capital como en pueblos de la sierra  mas al norte  en las que se han alcanzado temperaturas de  cerca de 18 grados en el Puerto de Navacerrada  situado 1.900 metros de altitud, en donde cualquier atisbo de nieve ha sido una ilusión de una semana.  

Aparte de la consabida bajada de nivel de pantanos, embalses, lagos, presas, estanques o acuíferos, las anómalas temperaturas imagino que están favoreciendo la tan temida boina de polución en las ciudades y los días tan fastidios de restricciones por episodios de alta contaminación y los niveles de humo, etc. Eso sin hablar de los problemas de salud, por las dificultades al respirar, irritación de ojos y nariz por el exceso de dióxido de nitrógeno (NO2) que expulsan los coches al que le cuesta mucho mas salir de esa tapadera que se genera  al no  dispersarse con el viento y la lluvia.

Mientras no haya precipitaciones en forma de chubascos o inestabilidad atmosférica,  los chaparrones no  serán más  que una lluvia fina que apenas sofocará la necesidad de agua. Así que habrá que estar mirando al cielo en nuestras tardes de paseos agradables al sol pero aire más sucio.

  Lo mas preocupante de este asunto y sin querer ser catastrofista  es que esto puede provocar otros factores como  Fenómenos climáticos a gran escala, como El Niño, o todo lo contrario, loa falta de lluvias que nos conduciría  a una disminución en los niveles de agua en ríos, embalses y acuíferos. Podría darse y de hecho ya hay zonas en España con sequía agrícola ya que  la agricultura depende en gran medida de las precipitaciones para el crecimiento de los cultivo, asi como  afectar a los ecosistemas naturales, provocando la disminución de la biodiversidad y afectando a las especies que dependen del agua para su supervivencia. En periodos más calurosos, la propagación de incendios  forestales ya que la falta de lluvias  aumenta este riesgo. O algo más temido, como son los  problemas de salud provocados por la falta de agua ya que el acceso limitado al agua puede afectar la higiene y aumentar el riesgo de transmisión de enfermedades.

Así que mas nos vale que empiece a diluviar ya y con ganas, el agua es fuente de vida, mientras que no llueva debemos de ser muy  cuidadosos con un bien tan preciado como escaso. No sé si Noé finalmente navegó o naufragó, pero seguro que  estaba tan incrédulo como lo estamos ahora al mirar al cielo y no ver ni una nube .Bendito H2O

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Parece que el ” Pentagrama  Celestial ” no conoce la Danza de la Lluvia