Editorial julio

Un verano que comienza con lluvia casi robándonos parte de él, que ya se sabe que en la sierra a partir de agosto, la chaqueta por las noches no sobra. Parece prácticamente una alineación de circunstancias que hace que todo no sea lo que debiera, parece como un sin sentido gobernase todo. Ahora andamos inmiscuidos en una lucha fraternal por el poder en la calle Ferraz, una creciente violencia en Oriente Próximo, movimientos raros en los índices bursátiles, los jueces no saben qué es lo bueno o lo malo y el futbol ese deporte que mueve masas ya tampoco parece tener el interés, ¿será porque la Roja ya no está en el Mundial de Brasil? Lejos de ocultar la realidad, Capital Noroeste nació con un propósito que hoy sigue manteniendo: informar y entretener o mejor dicho hacer que los lectores se enteren de lo que pasa pero de una forma amena y distendida, pero no por ello falta de rigor.

En medio de tanto lastre, añadido a las preocupaciones que todo ciudadano tiene, la época estival está más que merecida para todos y cada uno de nosotros. Los tiempos difíciles nos arrollan pero en medio de esta lucha hemos de centrarnos en lo más cercano que no es por ello menos bueno. Como verán en este número, Capital Noroeste ha querido centrar el periódico de los meses de verano en una llamada a la cultura. Los cursos de verano, las exposiciones del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial o las miles de actividades socio-culturales que acompañan a la época y todo ello salpicado con pequeñas gotas informativas, consejos prácticos de salud y una oferta lúdico deportiva extensa.

Entramos en una etapa en la que parece que todo va a ralentí, El verano. Todo se paraliza, la judicatura, la política, los mercados bursátiles, las finanzas, la actividad económica va casi a velocidad de atasco, el mismo que hemos empezado a ver en las carreteras de nuestra comarca en largas e interminables caravanas rumbo a la playa, los que se puedan ir, claro está, por que a pesar de el tan ansiado periodo estival de vacación y disfrute al sol… la vida continua y para muchas familias la vida sigue igual… o peor.

Vivimos en una sociedad de continuo aprendizaje en el que la sierra de Madrid no ha querido quedarse atrás. Hagamos pues una llamada al ocio inteligente. No es más rico el que más se gasta sino el que menos necesita. Feliz verano. Nos vemos en septiembre