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EE.UU. critica el deterioro de los derechos humanos en China

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El Departamento de Estado apunta también, en su informe anual, a la crítica situación que viven las libertades en Irán, Cuba, Venezuela y Siria.

En su informe anual sobre libertades en el mundo, el Departamento de Estado de Estados Unidos denuncia el «deterioro» de la situación de los derechos humanos en China, la «negativa» del Gobierno de Irán a conceder libertades a sus ciudadanos y la «represión sistémica» de esos derechos en Cuba.

Además, el Gobierno estadounidense critica la creciente «concentración de poder» en el poder Ejecutivo en Venezuela porque, a su juicio, dificulta la libertad de expresión y penaliza la oposición política.

En Cuba, señaló que el Gobierno de Raúl Castro «continuó su represión sistémica de los derechos humanos y las libertades fundamentales» en 2011, e impuso restricciones «severas» a los medios de comunicación, mientras que «aumentó la frecuencia» de las detenciones «arbitrarias» de activistas de derechos humanos.

El Gobierno de China, por su parte, «ejerció un férreo control del acceso y contenidos de internet», y «acosó y detuvo a miembros de la sociedad civil, incluidos activistas de derechos humanos, periodistas, escritores y disidentes», en un clima en el que retrocedieron las libertades de expresión, asamblea y asociación.

Criterio de ayuda exterior

Esas libertades, junto a las de movimiento y religión, se vieron también perjudicadas en Irán, donde el Gobierno «sentenció a cientos de personas a muerte y desarrolló cientos de ejecuciones sin el debido proceso», además de «torturar a prisioneros políticos».

Washington también destaca las violaciones de derechos humanos en Siria, donde el régimen de Bachar Al Asad usó una fuerza «indiscriminada y mortal» para «aplacar a los protestantes pacíficos» y lanzó ataques militares en todo el país, en un contexto de represión a la libertad de expresión y al activismo político.

El informe, que bajo las leyes de Estados Unidos debió salir a finales de marzo pasado pero no se envió hasta ayer al Congreso, sirve como guía para que los legisladores estadounidenses decidan sobre la ayuda exterior que conceden a cada país.