MÁS QUE UN SORTEO EXTRAORDINARIO DE LOTERÍA, FELICES FIESTAS

Una mañana de emociones positivas se respiraba al alba, con los primeros rayos de sol que calentaban nuestro país. Hoy para muchos se inauguraba de verdad la navidad, con el popular y tan deseado Sorteo Extraordinario de la Lotería. Una mañana en la que de dos bombos y muchos números cantados por la suerte personificada en los Niños de San Idelfonso, dependería el cambio casi radical en la vida de muchos.

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Muchos o pocos según se vea los que con esos pellizcos y pellizcazos de premios podrían empezar de nuevo o acabar con las dificultades económicas de estos tiempos.

En una mañana en la que el gordo se ha hecho esperar como nunca hasta las 13:00 del medio día, muchos estábamos pegados a las pantallas de la televisión con una sonrisa permanente aunque a veces casi hipnotizados por el cántico repetitivo de los niños que nerviosos y responsables deseaban que en cada vara que cantaban saliesen algunos de los premios más grandes.

Este año, quizá y a pesar de que la situación no ha mejorado lo suficiente y todos sentimos que nuestro país necesita un empujón más grande, que vendrá claro de nosotros mismos, muchos son los fieles que han confiado en el sorteo de hoy. Precedidos por una campaña publicitaria que ha tocado el corazón de cada uno de nosotros que ha apelado a la amistad, la confianza y la esperanza ha devuelto la ilusión a cada jugador. A cada abuela que desde siempre juega al mismo número y ahora deseaba ayudar a sus hijos o a sus nietos a despegar. A cada parado inmerso en un mundo de deudas y desesperación, le ha devuelto la sonrisa por la vida y le ha dado fuerzas para continuar. A cada joven que apostó inseguro una parte de su apreciado e ínfimo sueldo para ver si así cumplía alguno de los sueños que tiene derecho a tener. A cada persona que aún sin jugar por falta de credulidad vive este día con alegría y se emociona por ver las caras de felicidad e historias con final feliz que genera.

Pero hay espacio también para los que no han tenido esa suerte, esos mismos jóvenes, abuelas, padres que han jugado y han perdido. Para ellos quizá sea una batalla más perdida, aunque prefiero decir no ganada. Pero no han perdido. El dinero es un puente hacia muchas cosas y no da la felicidad pero ayuda una barbaridad, pero pensémoslo bien. Si fuésemos millonarios y no tuviésemos esa familia que nos adora cerca, ni a esos amigos que nos sacan de todas aún quitándose lo que sea para ellos. Si no tuviésemos a esa pareja imprescindible a nuestro lado sino tuviésemos a tanta gente dispuesta a ayudarnos con solo pedirlo, ahí sí, que ni con todo el oro del mundo seríamos felices.

Un tópico que es la pura realidad. El dinero da la felicidad sí, si tienes a las personas adecuadas cercas con quien gastarlo, invertirlo y disfrutarlo.

Ahora es tiempo de celebrar de sacar la positividad de cada poro de nuestra piel, de dar cariño y recibirlo, de disfrutar de lo natural de la vida y ya el año que viene arrancar con energía sin dejar que unas circunstancias causadas por X seres nos amarguen la existencia. Generemos buena energía y resurgiremos como sociedad como país, fuerte, sano, inteligente, racial y responsable. Convirtámonos en lo que queremos ser.

Feliz Navidad y enhorabuena a todos los que hoy han ganado unos dineritos en el Sorteo Extraordinario y enhorabuena a todos los que tienen alguien extraordinario con quien compartir su vida.