Regalo inaugural
Brasil 3 – 1 Croacia
Un único partido en este Mundial, el primero, y la polémica y los errores arbitrales ya han determinado el primer resultado en favor de la anfitriona, Brasil. Pese a las nuevas directrices de FIFA sobre uso de cámaras en goles fantasma y tecnología varia, parecen no querer darse cuenta del problema de los «caserismos». Dos tantos del azulgrana Neymar y sobre todo, los errores del guardameta croata Pletikosa han sentenciado a la «ajedrezada».
Así pues, Brasil se ha llevado el primero de los partidos, puede que el más difícil del grupo, gracias a un segundo gol anotado tras un penalti inexistente cuando el choque se encontraba en un punto de equilibrio entre ambas selecciones, que ha decantado la balanza por completo del lado amarillo.
El encuentro comenzaba con dos equipos bastante tímidos, excesivamente respetuosos con el rival. El seleccionador croata, Nico Kovac, fue fiel a sus palabras en las ruedas de prensa previas al partido y alineó un once valiente con tres medios naturales como Modric, Rakitic y Kovacic, y diseñado para no encerrarse. Brasil sacó su once modelo y comenzó el partido con una defensa agresiva que presionaba muy fuerte en la zona de construcción croata. La primera ocasión para la selección carioca llegaba en el minuto 5 tras un cabezazo de David Luiz tras el saque de una falta lateral botada por Neymar. En los primeros minutos a los de Scolari les costaba filtrar balones a sus cuatro hombres de peligro y terminaron optando por el recurso de los centros, la mayoría de ellos sin peligro. Olic avisaba con un desacertado remate de cabeza de que Croacia en tres cuartos de cancha podía dar más de un susto a Julio César.
Así, en el minuto 10, en la primera jugada combinativa de la selección croata Rakitic conseguía aprovechar el carril que Dani Alves permitía por su banda y conectó con Olic, quien logró poner un exquisito balón al que apenas rozó Jelavic y que Marcelo finalmente introdujo en su propia portería. Un jarro de agua helada cayó en ese momento en el estadio Arena de Sao Paulo. Los croatas se adelantaban.
A partir de ese instante la «seleçao» comenzó a ganar peso en el partido. Óscar retrasó unos metros su posición y prefirió abandonar la banda, lugar que le incomoda, y mudarse a la zona de medios. El cambio fue una bocanada de aire para el ataque carioca. En esas, el mediocentro del Chelsea logró conectar un balón a la espalda de la defensa que fue recibido por Neymar y tras una gran jugada personal en la que se marchaba del ex sevillista Rakitic por velocidad y desde la línea de fondo ponía un balón en el área pequeña que incomprensiblemente no encontró rematador. Acto seguido, Óscar, lo probaba desde la frontal pero Pletikosa, en su único acción positiva del partido, lograba despejar su disparo a córner. Croacia, tras el gol, juntó sus líneas lo que en determinados momentos le permitía robar el balón pero que a todas luces le impedía salir a la contra, máxime cuando la velocidad de sus hombres de ataque es deficiente.
Hacia la mitad de la primera parte llegaría la primera jugada polémica del partido cuando Neymar vio una tarjeta amarilla, que bien podría haber sido de otro color, por un codazo sobre Luka Modric.
Tan solo unos pocos minutos más tarde Neymar se hacía con un balón sin dueño en el medio campo, conducía hasta el borde del área sin oposición croata y consiguía ajustar el balón con su izquierda al palo de la portería de Pletikosa, que pudo hacer mucho más. Brasil empataba y el estadio estallaba de emoción gracias a su estrella.
Hasta el descanso, poco fútbol y tan solo las ocasiones que Olic, con una primera parte para olvidar, permitía en contra de los intereses croatas con errores infantiles que desembocaban en peligro para la canarinha.
Los primeros minutos tras el descanso siguieron la tónica del final de la primera parte, con la posesión para los brasileños a los que, pese a ello, les costaba crear peligro. Poco a poco el empuje brasileño fue decayendo conforme las fuerzas comenzaban a flaquear y los dos «jugones» croatas, Rakitic y Modric, empezaron a ganar peso en el partido, manejando los hilos de Croacia.
En el minuto 70 llegó la jugada que marcaría a la postre el partido, cuando Fred recibía dentro del área un balón de espaldas y ante el mínimo contacto del defensa Corluka se dejaba caer de una forma escansdalosa. El colegiado Yuichi Nishimura incompresiblemente se llevó el silbato a la boca y señaló la pena máxima. Neymar asumió la responsabilidad de lanzarlo y no falló, aunque Pletikosa adivinó las intenciones del delantero del Barcelona, pero sus manos de mantequilla hicieron el resto. Para colmo de males, el japonés también decidió anular un gol a los croatas por una supuesta falta al portero que sólo entendió así él.
Los cambios no surtían el efecto ansiado por los técnicos y tan solo Bernard por parte del combinado brasileño pudo llevar algo de peligro a la portería rival.
Ya en el último minuto del tiempo reglamentario, Óscar, el mejor jugador del partido se encargaría de cerrar el marcador cuando recogió un balón al borde del área, tras una nueva posible falta no decretada por el árbitro japonés, y conectó un punterazo a la base del palo de Pletikosa, ante el que nuevamente pudo hacer mucho más.
En la próxima jornada, Brasil deberá enfrentarse a la selección de México. Croacia por su parte y tras el inmerecido castigo de hoy, deberá hacer lo propio ante Camerún.
Borja Martín / @Bmh_90