Compañeros de viaje

Este fin de semana ha tenido lugar el vigésimo Congreso Nacional del PP que ha “entronizado”, tal y como estaba previsto, al orensano Alberto Núñez Feijóo,  como nuevo presidente del partido.

Al contrario de otros que le antecedieron en el cargo, él accede, casi por aclamación, a la presidencia con un amplio bagaje de experiencia y éxitos, ya que desde que llegó al puesto acumula cuatro mayorías absolutas en su comunidad.

Al frente del Partido Popular obtuvo un 46,68% en 2009, un 45,72 en 2012, un 47,53% en 2016 y su mejor cifra, un 47,96%, en las celebradas el 12 de julio de 2020.

Por cierto, en esas últimas, sólo su partido, el Bloque Nacionalista Gallego y el Partido Socialista de Galicia, por ese orden, obtuvieron representación; no la obtuvo Ciudadanos, ni VOX, ni las “Mareas”, versión gallega de Podemos, que en las anteriores habían conseguido 14 escaños y perdieron todos, con un  ridículo resultado inferior a los 3.000 votos.

Tras la abrupta salida de Pablo Casado, al que hoy casi nadie echará de menos, el principal partido de la oposición necesitaba un recambio urgente, sólido, con espíritu ganador e ilusionante no sólo para los suyos sino para todo el electorado.

Sorprende, y es de agradecer, que en los casi trece años en los que ha estado al frente de la comunidad autónoma gallega, no se hayan producido los gravísimos escándalos de corrupción que para desgracia de los contribuyentes han hecho historia en otras comunidades, unas gobernadas por su partido, otras por los socialistas y en menor medida en otras bajo control nacionalista.

Son numerosas las voces que definen al actual presidente del Gobierno de España como “el peor presidente en el peor momento” y los ciudadanos necesitan que sus destinos los dirija alguien que mantenga su palabra, que no haga justo lo contrario de lo que solemnemente promete cuando desempolvan las urnas.

Por lo que conocemos, Feijóo es un tipo serio, sensato, pausado, discreto, respetuoso (que insulten otros), metódico y creíble; quienes mejor le conocen aseguran que es también ordenado y exigente.

Será la próxima semana cuando se reúna con el presidente Sánchez para una primera toma de contactos y especialmente para tratar asuntos de estado.

Hay quien ya está de los nervios, especialmente la parte morada del Consejo de Ministros, en la que Unidas Podemos teme pasar a ser prescindible si Feijóo apoya a Sánchez en determinados asuntos importantes haciendo innecesarios sus votos.

No faltan tampoco las voces socialistas; la “soprano” Lastra, siempre tan “comedida”, ya ha hablado de “un nuevo gato con el mismo cascabel” y entre otras ha soltado “su” perla “Feijóo ha decidido gobernar con VOX y no defender la Constitución”.

En cualquier caso, serán los ciudadanos, los que en su momento, ante las urnas, decidan libremente quién es el candidato “menos malo” para continuar la travesía; no sirve aquello de “más vale malo conocido que bueno por conocer” y hoy por hoy, la irrupción de Alberto Núñez Feijóo en la escena nacional, entre tan dispares compañeros de viaje, resulta, cuando menos, esperanzadora.