Si decides delinquir, ¡hazlo con cabeza!

Vaya por delante que la idea de estas líneas no es “aleccionar” a posibles delincuentes, ni animar a nadie a apropiarse de nada que no le corresponda, sino poner de manifiesto las muy diferentes “consecuencias” que acarrean hechos de muy distinta gravedad.

Muchas veces, las circunstancias vitales de las personas, empujan a cometer actos que se saltan las normas establecidas y la legalidad.

Llevamos casi dos años de pandemia; son muchos los que además de perder a amigos y familiares, también han perdido el empleo y por más que nos hablen de la vuelta a la “nueva normalidad”, el horizonte, más allá de las colas del hambre y las ayudas sociales, sigue siendo demasiado sombrío para mucha gente.

El espíritu navideño, que de haber estado entre nosotros, se extinguirá definitivamente cuando los Magos de Oriente tomen el camino de regreso, suele hacernos más comprensivos, incluso ante situaciones que no son nada normales, pero no siempre es así.

Ha saltado la noticia de que hace unos días, un individuo al que se le había “olvidado” pasar por caja, pretendió salir corriendo de un supermercado de Alicante con una caja de gambas bajo el brazo.

Hay gente que tiene tantas cosas en la cabeza que al final se le “olvida” alguna.

Deberían tomar buena nota los antidisturbios o las fuerzas especiales si precisan efectivos, porque a la vista del despliegue que truncó su huida, ese supermercado es frecuentado por gente decidida a que nadie escape de la escena del “delito”, auténticos “ciudadanos ejemplares guardianes de la legalidad”.

En realidad un “hurto”, por el que fue retenido por un nutrido grupo de personas, que se abalanzaron sobre él, lo inmovilizaron y recuperaron las gambas, sin escatimar una buena dosis de violencia.

A alguno de ellos debió “indignarle” que pretendiera llevarse marisco en lugar de leche, huevos, pan, frutas o legumbres, con lo que apaciguar los rugidos intestinales de una familia supuestamente necesitada.

¿Habrían actuado de la misma manera esos “ciudadanos” si el que sale corriendo hubiera sido su alcalde, uno de los concejales o cualquier cargo público con un maletín repleto de euros, sustraídos a todos los contribuyentes, como con tanta frecuencia ha venido sucediendo en las últimas décadas?.

Es habitual que se criminalice más a quien roba una gallina que a quien se apropia de los “huevos de oro”; también que el “ladronzuelo amateur” acabe pagando un precio mayor y el “maestro delincuente”, tras un largo proceso pueda acabar yéndose “de rositas”.

Resulta muy sencillo hacer que un personaje anónimo devuelva la caja de gambas y luego sea sancionado por el hurto; recuperar los maletines repletos de euros está demostrado que es mucho más problemático.

Si presa de la desesperación o de un arrebato súbito decides delinquir, ¡hazlo con cabeza!.