Abecedario de la Psicología: Autoestima

Autoestima o Amor Propio

Es la confianza que tenemos sobre nuestras actitudes y aptitudes para gestionar nuestras circunstancias de manera efectiva, y así conseguir la meta a la cual queremos llegar.

Se trata de una percepción “realista” de nuestro propio timón, entendiendo éste como una valoración acertada sobre nuestras posibilidades frente a una tarea, o a nuestra manera de desenvolvernos en nuestro entorno.

Es el criterio que una persona tiene sobre sí misma, de su apariencia física, de su desarrollo académico, profesional y personal, de la riqueza de su vida afectiva… Una valoración alta de varios de éstos ámbitos no garantiza una alta autoestima ya que es necesario un “quantum” mínimo en cada una de ellas, ya que no son departamentos estancos, si no que son vasos comunicantes.

La autoestima depende de la relación entre lo que creemos que somos y lo que queremos llegar a ser. Cuanta más distancia hay entre lo que “soy” (cualidades + debilidades) y lo que quiero llegar a ser (ideal del yo) mas baja será nuestra querencia hacia nosotros mismos.

¿Cuáles son las fuentes de la autoestima?

Son dos fuentes principalmente, el humano al entrar en el orden simbólico lo hace de la mano de las figuras de apego, los padres, la familia, es la primera que atiende los cuidados del niño y por lo tanto es quien suministra las frases necesarias para la conformación de la “primera imagen de sí mismo”.

La segunda fuente son las personas a las que amamos y “escuchamos”, y por tanto cosemos sus opiniones y valoraciones en nuestro esquema o criterio personal; pueden ser compañeros de clase, de trabajo, amigos, parejas…

Ambas fuentes están tamizadas por estímulos sociales y culturales que introducen elementos diferenciales sobre nuestra manera de pensarnos. Es decir, construimos la autoestima relacionándonos con los demás, en esa comparativa afirmo quien soy. Me acepto.

Si tienes autoestima entonces tienes la convicción íntima de que tienes valor como persona sabiéndote semejante y diferente. Además podríamos ver que resuelves adecuadamente:

  • Conflictos.
  • Negociaciones
  • El control de tus emociones
  • Aceptas la realidad que te circunda.
  • Confías en el proyecto con el cuál te has comprometido.