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El pluriempleo: Estrategia de subsistencia o salida obligada para llegar a fin de mes

 España y como consecuencia la Comunidad de Madrid,  ha experimentado en los últimos años  una transformación en su mercado laboral que afecta directamente a la vida de miles de trabajadores.

La dificultad de llegar a fin de mes con un solo sueldo ha convertido el pluriempleo — tener dos o más empleos simultáneamente — en una realidad cada vez más extendida.

Este fenómeno, lejos de ser una elección libre o vocacional, se ha convertido en muchos casos en una necesidad para garantizar la subsistencia en algunos casos muy en precario y con muchas necesidades básicas a medias de conseguir.

La precariedad salarial, el aumento del coste de la vida y la inestabilidad de ciertos sectores laborales empujan a numerosos profesionales a compaginar varios empleos de forma simultánea.

Jóvenes que alternan trabajos temporales con proyectos freelance, padres y madres que combinan su jornada en la empresa con empleos a tiempo parcial, o incluso profesionales cualificados que, pese a su formación, no encuentran estabilidad suficiente en un único puesto, son solo algunos ejemplos de esta realidad.

En algunos casos extremos es necesaria  incluso la ayuda económica de los  abuelos con el aporte de su pensión.

Cada vez más trabajadores en se ven obligados a sumar más de un empleo para poder subsistir, y es por necesidad no es una elección voluntaria.

La precariedad salarial, el encarecimiento del coste de vida y la falta de estabilidad laboral han convertido el pluriempleo en una tendencia creciente, especialmente entre jóvenes y profesionales de sectores con alta temporalidad.

Camareros que, tras una larga jornada, se incorporan a un empleo de reparto; profesores que complementan su salario con clases particulares; o administrativos que trabajan los fines de semana en la hostelería son imágenes cotidianas en muchas ciudades españolas.

Según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), más de medio millón de españoles compaginan dos o más trabajos de forma simultánea.

Aunque esta cifra representa un porcentaje reducido del total de ocupados, la tendencia refleja una realidad preocupante: un solo sueldo ya no garantiza cubrir los gastos básicos de vivienda, alimentación y transporte.

El pluriempleo presenta dos caras: por un lado, ofrece a los trabajadores la posibilidad de diversificar sus ingresos y adquirir nuevas experiencias; por otro, acarrea riesgos significativos como el agotamiento físico y mental, la reducción del tiempo de descanso y la dificultad de conciliar la vida laboral con la personal y familiar. 

La sociedad española observa con preocupación cómo la dedicación de muchos empleados no se traduce finalmente  en una mejora sustancial de su calidad de vida a pesar del gran esfuerzo que deben de realizar a diario.

Además, el fenómeno del pluriempleo pone en evidencia ciertas debilidades estructurales del mercado laboral como son los  salarios bajos en relación al coste de vida, falta de estabilidad contractual y desigualdades en el acceso a empleos dignos.

Frente a esta situación, algunos expertos señalan la necesidad de políticas públicas que garanticen empleos de calidad, fomenten la negociación colectiva y protejan a los trabajadores frente al abuso de la temporalidad.

En definitiva, el pluriempleo  refleja no solo la capacidad de adaptación de los ciudadanos a un entorno económico adverso, sino también la urgencia de replantear el modelo laboral para que la subsistencia no dependa de acumular empleos, sino de la dignidad de uno solo.

En definitiva, el pluriempleo  se ha consolidado como un síntoma de las carencias del sistema laboral. Más que una oportunidad, se ha convertido en un espejo que refleja la dificultad de muchos trabajadores para sobrevivir con un solo empleo.

 Pero aparte de ser una fuente extra mas  de ingresos necesarios para la economía domestica, esto genera una variable de consecuencias  personales, sociales, físicas y laborales, es decir ese sobreesfuerzo se traduce en una fatiga física y mental al tener que  compaginar horarios extras , esto puede llevar al agotamiento, con menos tiempo para descanso, ocio o conciliación familiar.

Al tener menos tiempo libre nuestra salud se resiente, (estrés, trastornos del sueño, etc.) .Se genera  mayor estrés y  provoca problemas asociados si las jornadas se prolongan demasiado o los turnos que no coincidan. 

Esta situación hace que la Conciliación familiar sea prácticamente  imposible, y esto afecta básicamente a las mujeres que deben de soportar además de su trabajo la  carga de cuidados familiares  y responsabilidades en la mayoría de los casos. 

Por otro lado el pluriempleado siente Inseguridad y precariedad ya que  muchos de los trabajos secundarios son temporales, a tiempo parcial, o con condiciones menos favorables (bajo sueldo por hora, sin derechos plenos, etc.). Esto puede perpetuar la inestabilidad laboral.

Finalmente se encuentran con el asunto fiscal  de cotización, ya que esta ‘pluriactividad laboral’ fomenta en muchos casos problemas al no estar declarados o de forma correcta o que cotizan de forma irregular o sin una cotización plena.

En definitiva existen soluciones a tomar en cuenta tanto por la propia Administracion como por los empresarios y eso pasa por establecer  una subida   de salarios mínimos y mejoras salariales para que con un solo empleo permita cubrir necesidades básicas.

Procurar en la medida de lo posible reducir la temporalidad y estabilizar contratos para no tener que  buscar  otro empleo extra. Mejorar las condiciones de los empleos secundarios asegurando que los derechos laborales, seguridad social y descansos sean verdaderos, así como ofreceré más flexibilidad, que se reconozcan los cuidados familiares, permisos, horarios adaptados, etc.

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