El escape de la cultura

@DarioNovoM

Mi amigo Tony, redactor de este periódico y periodista que dará que hablar, creó hace tiempo El Cofre Suena. Nació como un programa de radio que conjuga música (de la buena y de la mala) y cultura (de la buena y de la mala) y ha evolucionado en un programa mejor y un webzine que salpica noticias de artes varias. A El Cofre se han unido multitud de talentos que quieren entrevistar (Alfonso de la Rocha), desarrollar su ingenio (Federico Biestro), su arte visual (Amalia Pont) y sus inquietudes en general. Hace poco les mandé una colaboración y me sentí como quien en la discoteca solo comparte edad con el dueño.

Este tipo de webs son mucho más comunes de lo que le gustaría a mi amigo y debería ser algo que disguste a los profesores universitarios incapaces de aplicar Bolonia por sus egos. Sería tremendamente sencillo acordar que los alumnos que, en general, van a pasar 4 años juntos, el primer año de carrera lancen un proyecto comunicativo que se mantenga y mute. Pero no.

El día que recibí mi primera clase de radio en la Universidad, llevaba año y medio con contrato en ABC Punto Radio. La profesora era una joven simpática, amante del medio, que no admitió, en su pleno derecho, audios, directos y curriculum para evitarme recorrer, cada miércoles, casi 200 kilómetros para las prácticas. Saqué una buena nota pero me penalizó la teoría que ella manejaba a la perfección: su tiempo de radio fueron un par de meses en una emisora regional.

Hace tiempo colaboré con Le Miau Noir, una página cultural también a tener en cuenta. Una idea con mezcolanza de personas que estudiaban Ciencias de la Comunicación, Filologías, Derecho o nada. La página ganó en 2017 el premio al mejor blog cultural que otorga el periódico 20 minutos, cada año, a multitud de sitios web con diversos motivos. El día del fallo, me alegré como si de un triunfo de mi equipo se tratase. Llevaba tiempo sin escribir allí, mucho, e incluso tuvimos nuestras discrepancias. Sanas, eso sí. Allí pude entrevistar a Amarna Miller, a Alex Villazán. Hice un diario de la campaña electoral que lanzó vísceras contra mi y el medio porque los lectores entendieron de ella que apoyábamos a Vox. Fue divertido.

La vía de escape a la que acuden los estudiantes de lo de contar es la deportiva o la cultural. La primera suele ser un entretenimiento imitador de los grandes programas que se hacen en nuestro país de radio o tele, o blogs de mercadillo que imitan, o calcan, la basura que se escribe en torno al fútbol a excepción de Hughes, Sostres, Trueba y cuatro más. La segunda es un nido de creatividad nacida a los pies de la bola de Jot Down que ha tenido su mix en lo anterior, lo deportivo, con Panenka y Libero. Cuando alguien se queja del exceso de Le Miaur Noir, de El Cofre Suena, de Yorokobu o de sus predecesores la respuesta es clara: lo preferimos al Marca, a la FHM o a la Bravo. El escape, ya saben.