Abecedario de la Psicología: Bipolar

Bipolar

por Sergio García

El trastorno bipolar no es un trastorno nuevo, en las décadas anteriores se le llamaba depresión maníaca, trastorno maníaco-depresivo o ciclotimia. Estaría englobado dentro de los desórdenes del estado de ánimo.

En Estados Unidos, según la estadística, hay 17 millones de adultos (se da tanto en hombres como en mujeres) que sufren un trastorno del estado de ánimo cada año. Esto quiere decir que una persona de cada siete va a padecerlo en algún momento de su vida por lo que es probable que tengas a amigos o conocidos con este padecimiento.

En el trastorno bipolar la persona tendrá episodios de manía o “subidas” y episodios de depresión o “bajadas”, no tratándose de episodios de felicidad o tristeza motivados por razones lógicas, sino que obedecen a una dinámica propia del trastorno, no de la experiencia vivida por la persona.

  • Cuando hablamos de manía o subidas nos estamos refiriendo a que hablan de manera muy rápida, se les nota con mayor energía, duermen menos de lo habitual y están muy optimistas frente al futuro, hacen más deporte de manera muy acelerada, les irritan en mayor medida situaciones que antes eran toleradas por ellos y aumenta su impaciencia y su temeridad. Asociado por unan gran dificultad para concentrarse.Sergio García recoge un premio del Consejo de Psicólogos de Madrid por su colaboración en el programa de radio de “El Bisturí”, de EFEsalud/ Foto facilitada por el psicólogo +
  • Y cuando hablamos de síntomas de depresión queremos decir que se pierde el interés por las actividades habituales, existe una alta fatigabilidad y una tristeza muy prologada en el tiempo, se piensa que hay falta de valía personal o profesional, se pierde el apetito y se merma la capacidad de experimentar placer aumentando pensamientos relacionados con ideas de desaparecer o autolíticos.

Las personas con trastorno bipolar pueden y deben tratarse, el psicólogo debe hacer el diagnóstico. Por lo que el profesional de salud mental deberá observar el comportamiento cuidadosamente para no confundirlo con TDAH, esquizofrenia, estrés postraumático, etc.

En estas personas, su percepción de la realidad está alterada. Y los afectos no se corresponden con la realidad circundante, hay una intensificación de las emociones muy llamativa.

Se va a necesitar un plan de tratamiento para averiguar qué ha sucedido en la mente de la persona para tener alteradas las sensaciones en su estado de ánimo.

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